lunes, 13 de agosto de 2012

Amistad (Cómo romper la barrera)

Vaya por delante que yo no creo en la amistad hombre-mujer. Sí, así de duro. Siempre pongo el mismo ejemplo a las tías a las que le explico mi teoría: “Yo no me quiero follar a X (algún nombre de un amigo), pero ese tío sí que quiere follarte”. Algunas se indignan y me insultan, otras me miran con aires de superioridad (nena, te acabo de poner a cuatro patas, tu opinión ahora como que me la suda) y las menos, me terminan por dar la razón. Ellas también lo saben, pero el mundo está construido así y se supone que no podemos cambiarlo.

Pero bueno, vamos a imaginar que sí, que tenemos muchas amiguitas, que el mundo es de color de rosa, un lugar maravilloso. O mejor aún, vamos a ser realistas: en nuestro entorno está la típica tía que tiene novio pero que es muy maja (y está muy buena). O a lo mejor nosotros somos los que estamos emparejados. El caso es que si no hemos intentado penetrarla es porque las circunstancias nos lo han impedido. Pero hemos seguido hablando con ella, viéndonos, incluso quedando de vez en cuando. Y, de repente, sin darnos cuenta, los astros se alinean: ella está libre, nosotros también (qué novedad) y nos preguntamos… ¿Por qué no?

Parece sencillo, pero no lo es. Aquí las señales e interpretaciones cobran una trascendencia vital. Bien, una cosa positiva es dejar de hablar tanto de otras parejas o ex parejas. Es complicado que se dé cuenta de que ahora estamos interesados en ella si no dejamos de contarle nuestras lamentables penurias sentimentales. Los planes, dentro de lo posible, deben ser a solas. Lo normal es que hayamos quedado ya en ocasiones para tomar algo, pero necesitamos dar un paso más allá, aunque sea para tantear: una piscina o un cine -por diferentes motivos- suelen ser bastante reveladores. En un sitio vamos a mostrar nuestro cuerpo y puede que comience la tensión sexual y el otro es un lugar para parejas. Si acceden a ir a solas con nosotros, algo hemos ganado.



De todas formas, la entrada es complicada. Nunca vamos a tener la certeza de que ella quiere algo y, además, si conseguimos entrar en faena la cosa se puede poner aún más jodida. Como le habremos contado muchas de nuestra intimidades, ahora corremos el riesgo de venirnos abajo (“joder, ella sabe que a veces finjo los orgasmos”). Pero en caso de que todo vaya por el cauce de la normalidad, aún nos queda una prueba de fuego. Vale, ya hemos follado y todo eso pero ahora, ¿qué? Ella no dice nada y no sabemos a ciencia cierta si quiere algo más, si somos ‘folla amigos’ (qué puto asco de nombre) o si cree que ha sido algo que es mejor que no vuelva a repetirse.

Sea como fuere y pase lo que pase, una cosa está claro: antes no lo sé, pero ahora ya no somos amigos. Bien.

4 comentarios:

  1. Maribel de toda la vida!29 de agosto de 2012, 13:44

    quizás deberías replantearle lo de la amistad hombre-mujer... yo ceo que sí que existe, si no, no vuelvo a salir a la calle! (me estoy poniendo al día con los posts!)

    ResponderEliminar
  2. Pues yo sigo saliendo a la calle con la misma ilusión dem siempre... No tengo nada que replantearme, a lo sumo aparentar hasta penetrar, está todo inventado...

    ResponderEliminar
  3. Maribel de toda la vida!30 de agosto de 2012, 7:05

    sería muy buen claim para durex...

    ResponderEliminar
  4. Me he dado cuenta de que yo soy más de Control...

    ResponderEliminar