jueves, 26 de julio de 2012

La mochila (de mierda)

Lo de Luka Modric pareció algo totalmente fuera de lugar. No por la actitud del jugador en sí (que también) sino por el posicionamiento del Real Madrid. La táctica de Florentino Pérez en estos casos es verdaderamente injusta: el club blanco debe mantener su status de ‘señor’ a costa de que un jugador aparentemente normal se transforme en un ‘macarra’. Pero con Daniel Levy hemos ido a topar. Con su mujer intentando salir de una enfermedad grave y con su mejor jugador metiéndole el dedo en el ojo (Mourinho, has creado escuela), el presidente del Tottenham se ha tomado esto como una cuestión personal: de orgullo sí, pero también de pasta.



Pero en lo que concierne al futbolista, esto es un arma de doble filo. Se mire como se mire, es poco ético y profesional montar una ‘pelotera’ para irte, máxime cuando en tu club están resignados a ello y lo que quieren ahora es ganar dinero (lógico, por otra parte). Florentino Pérez piensa que a él nunca le va a pasar pero el fútbol da muchas, muchas vueltas. Si Modric es capaz de mancillar el nombre del club de White Hart Lane, quizás también lo sea, cuando vengan mal dadas, de hacer lo propio en el Real Madrid. Vamos, que la imagen del croata dista bastante del paradigma de chico trabajador y responsable.

Y eso que parecía justamente lo contrario. Pero a veces la mierda se acumula en un espacio recóndito y aparece junta el día menos esperado. Por eso es preferible escoger a una mujer que enseña su mochila con orgullo: “Sí, tengo un hijo, estoy divorciada y me acosan cinco hombres”. Si decides jugar, adelante, pero ya sabes lo que hay y la situación es tan difícil desde un principio, que es complicado que empeore (aunque no imposible).



Por favor, desengañaos de una vez. Todas, TODAS, todas las mujeres llevan una carga de porquería a sus espaldas. Da igual si al principio ella parece un ejemplo de beatitud. Todo saldrá a relucir tarde o temprano. Todo y todos. El amigo que le llama con tanta inocencia todas las noches resulta ser el ‘casi padre’ de su ‘casi hijo’. Obviamente, llama con tanta insistencia porque quiere otra oportunidad de plantar su semillita. El anillo que guarda con tanto mimo en la mesita de noche no es de su abuelo, ni mucho menos. “¿No te lo conté? Me casé con 21 años, medio obligada, pero lo sigo recordando con cariño”.

No esperéis nada de nadie, es lo mejor para vuestra salud mental. Yo ya estoy completamente resignado, me he comprado un impermeable de varias capas para que la mierda no se incruste en mí. Hoy quiere decirme algo importante, creo que lo voy a necesitar…

2 comentarios:

  1. Muy feo eso de mentar a la enfermedad de la mujer de Levy. Tan feo como hablar de Florentino, con su mujer recientmente muerta y el Tottenham dándoselas de chulito y equipo grande

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