lunes, 30 de abril de 2012

Nunca le deis por muerto

Nunca. Porque los héroes nunca terminan de desaparecer. Porque aunque algunos olvidan con demasiada premura, él se encarga de rescatar la memoria de otros muchos. Porque, me vais a perdonar, pero ni Roberto Soldado ni Ávaro Negredo ni Toñín ‘El Torero’. Porque al final terminará yéndose de Londres siendo ídolo de masas. Siempre ha sido así.



Fernando Torres es experto en capear temporales, en lidiar con prensa, aficionados y especialistas varios. También en enervar al madridismo (excepto cuando se enfrenta al Barça, claro). Eso únicamente engrandece aún más su figura en el Vicente Calderón. Se acerca la Eurocopa y ‘The Kid’ acude puntual a su cita con el gol. Desde hace meses atrás, el de Fuenlabrada se había vuelto un poco irresponsable con su gran amor: se dejaba llevar, llegaba tarde, no estaba fino con las caricias, menos aún en la definición. Pero las crisis -a veces- son sólo eso: crisis.

Y es que muchos sacaréis a relucir su falta de técnica, su desborde poco ortodoxo, su ausencia de olfato de gol (¿?). Ignoraba que Soldado y cía fueran la panacea del fútbol mundial. Parece que últimamente el delantero del Valencia y otros tantos se han convertido en nuevas estrellas, en algo así como “arietes del siglo XXI”. Pamplinas, muchas pamplinas juntas. Con Villa y Torres en su mejor versión, ningún jugador nacional (a excepción de Llorente), tendría cabida en la selección. Y punto.

Pero el resurgir se hace más efectista cuando más olvidado has estado. Cuando llevas un tiempo sin mojar, cuando parece que tu chispa se ha esfumado, cuando la mayoría de féminas se preguntan (entre risas), cuántas veces al día dedicas a visitar al gran Onán. Sin embargo no debes desesperar, la esencia sigue ahí, dentro de ti y sólo es cuestión de tiempo que salga a relucir.



Aunque hay que tener en cuenta que hoy en día los equipos rivales están cambiando. El divismo lo devora todo, las envuelve a todas. O tienen novio, o tienen a veinte babosos rogando una cita o son unas focas venidas a más (el negocio de la cirugía estética está más de moda de lo que creéis). Da igual, el entorno es hostil pero volveremos. Torres ya lo ha hecho.

viernes, 27 de abril de 2012

El triste adiós de Pep (o Cómo superar una ruptura)

Semana funesta para el barcelonismo. Las dolorosas derrotas ante el Madrid primero y ante el Chelsea después, han quedado en nada comparadas con el auténtico final de ciclo: la despedida de Pep Guardiola. Sí, el club ha querido dar un golpe de efecto (sorprender sí que ha sorprendido), con la decisión de dar el relevo a Tito Vilanova, pero no nos engañemos, nunca será lo mismo. Aquí, como de costumbre, todo depende del prisma desde el que se visualice la situación: por una parte, puede parecer valiente confiar -de nuevo- a un neófito el banquillo de un equipo que ha hecho historia; por otro lado, quizás la verdadera muestra de coraje por parte del club debía haber sido zanjar con todo de raíz y traer savia nueva. Quién sabe. La valentía y la cobardía, en más ocasiones de las que creemos, están separadas por una minúscula línea, a veces imperceptible.



Nadie duda del desgaste de Pep. En su rostro se hacen palpables los estragos físicos de cuatro temporadas en el ojo del huracán. Más para bien que para mal. Pero no sé, algo huele a chamusquina. Será un efecto de la ‘deformación profesional’ a la que me tiene acostumbrada el club de mis amores, pero da la sensación de que la Junta Directiva elige, en parte, a Tito Vilanova, para poder volver a tener el poder. Quizás el Pep se lo había creído en demasía, quizás el Barça es eso, más que un club y más que una persona, y han decidido tener a alguien manejable en el banquillo. Y además, lavándose las manos. Quien toma la fatal determinación aquí es Guardiola. Rosell no tiene culpa alguna, se muestra como un ‘guardiolista’ más. Cuando menos, sospechoso.

Hace ya algunos meses nos situamos en una situación difícil sí, pero infinitamente mejor que la que expondremos ahora. Para el orgullo masculino siempre es mejor dejar a que te dejen. Pero como es imposible mantener un currículum inmaculado eternamente, debemos estar preparados para cuando vengan mal dadas. Estas cosas se suelen ver venir, así que si podemos, es importante ir haciéndonos a la idea. Si lo tenemos claro, también podemos asestar el golpe nosotros, pero eso puede ser arriesgado. Digamos que tenemos algunos indicios, pero no queremos darles demasiada importancia. Si ya nos lo dice ella: “Estas paranoico”. Sí, pero adiós muy buenas.



Llegados a este punto, y en el cara a cara, es fundamental mantener la compostura y huir de dramatismos. No pidamos más explicaciones de las necesarias porque, a fin de cuentas, lo que nos diga nos va a valer de poquito. Es muy duro, pero tenemos que ser fríos, evitar el contacto físico y marchar tan rápido como nos sea posible. Si en ese momento empieza a soltar una retahíla llena de topicazos y nos ofrece su altruista amistad, lo mejor es pararle los pies. Le decimos que sí y hasta luego.

Bueno, el primer paso ya está dado pero ahora hay que vivir el duelo, que tampoco es plato de buen gusto. Como es obvio, hay muchas cosas negativas cuando rompen con nosotros, pero intentemos centrarnos en los positivo. Lo ha decidido ella, da igual lo que nosotros queramos, no le demos más vueltas a la cabeza. Esto nos ayudará mucho en los momentos de flaqueza. Cuando se nos pase por la imaginación marcar su número o intentar verla con cualquier excusa malísima, recordaremos: ella nos dejó, aquí no hay nada que rascar. Disfrutemos de la soltería sin remordimientos: tenemos que chuscarnos a lo primero que se pase por nuestras narices. Pero no buscamos un polvo de despecho, simplemente buscamos sobrevivir a nivel sexual. Que no nos exploten los testículos, vamos.

Sí, ya sé que esto quizás os sirva de poco si ahora mismo estáis llorando por las esquinas, cual perritos apaleados. Pero pensadlo bien: ¿Acaso vuestra ex os ha dado 13 títulos en cuatro años? Ellos sí que están jodidos…


miércoles, 25 de abril de 2012

¡¡¡¡Vamoooos!!!!!

Pues sí. Al final, la dosis mínima de esperanza que algunos teníamos se ha convertido en realidad. No habrá final española. Bueno, al menos no en la Champions. De hecho, no tendremos ningún representante de nuestra querida patria. Ha sido una semana intensa, por momentos realmente cansina pero con un desenlace feliz. Ayyyy!! Que pensábamos que éramos la mejor Liga del mundo y todo eso y llegan unos ingleses y unos alemanes apañaditos y nos mandan a casa. Qué raro es esto del fútbol, amigos.

Lo que ignoro es qué dirán ahora los que se apresuraron a vaticinar un fin de ciclo. Bueno, quizás tengan razón y se trunque el reinado, la dictadura más bien de los dos que más guita tienen en España. Parece que sin tantos euros (vale, el Chelsea no es un equipo pobre), también se llega a las finales. Pensándolo bien sí, tal vez haya terminado un ciclo y estemos en un proceso de transición hacia algo parecido a la democracia en el planeta fútbol. Sinceramente lo veo difícil, pero ojalá sea así.



Y haciendo un breve análisis de ambos partidos, poquitas cosas que recalcar: el Barça tiene la manía -extendida peligrosamente a la selección- de querer meterse hasta la cocina con el esférico. Sin chutar desde fuera es imposible superar una barrera de diez hombres. En cuanto al Real Madrid, pienso que Iker Casillas fue el mejor de su equipo. Creo que todo queda dicho con ese dato. Si el Barça perdonó al Chelsea, el Bayern hizo lo propio con los de Mourinho. El luso estaba arrodillado en el césped, pero el milagro no llegó. Por cierto, cuánta leña a Messi y después el infalible CR falla el primero de la tanda. Es lo que tiene hablar demasiado pronto, las palabras vuelven con fuerza hacia los cuartos traseros de algunos fanáticos.

Y sí, ya está bien de hipocresía y de tantas gilipolleces. El fútbol es esto. Yo me alegro de que haya caído el Madrid, al mismo tiempo que espero (porque hace muchos años que ya no es así), que algunos prefieran que mi equipo pierda. Sería un símbolo de poder. No incito a la violencia ni al odio ni nada parecido, pero esto es un deporte y no hace falta que todos vayamos de niños buenos. No, no me gusta que gane el Madrid ni me mola ver a mi ex con otro. No le deseo la felicidad ni a unos ni a otras. Qué queréis que os diga… seré un bicho raro.

lunes, 23 de abril de 2012

El triunfo del 'pico-pala'

Finalmente, se impuso el ‘pico-pala’ sobre el ‘tiki-taka’. Algún día tenía que pasar. Y, en contra de lo que muchos piensan, esto es, en cierto modo, algo beneficioso para el fútbol. Desgraciadamente, no todos los equipos pueden disponer de Leo Messi, Andrés Iniesta o Xavi Hernández. Con lo cual, se hace necesario obtener nuevas fórmulas para pararlos. Otras formas de tratar al cuero. En eso llevaba trabajando el Real Madrid más tiempo del esperado. La hegemonía de Pep Guardiola se le ha hecho casi una eternidad al madridismo. Ni los más viejos del lugar recordaban tanta impotencia ante el archienémigo. Tenía que pasar.



Y no hablo de fin de ciclo ni de nada similar. El Barça aún puede alzarse con la Champions y llevarse el combate a los puntos. Este supuesto, ni mucho menos, significaría una humillación para el Madrid. José Mourinho, en todo caso, está consiguiendo revertir la tendencia instalada en el fútbol mundial. La temporada pasada ya consiguió la Copa del Rey y en el presente curso deportivo, a lo peor, se llevará el campeonato de la regularidad (a la postre, el más complicado). Como bien decía el gran Roberto Palomar en ‘Radio Marca’, estos dos equipos están condenados a compartir títulos. Estaría bien, eso sí, que alguien más se pudiera unir a la fiesta. Por lo de dejar un poquito a los demás y volver a recuperar la emoción. Pero eso, a día de hoy, está difícil.

La labor del currante de noche suele ser ingrata. Hay mujeres que piensan que el sexo únicamente está hecho para astros del esférico, para magos como Messi o potentes depredadores como CR. ¿Dónde queda, entonces, el espacio para los miles de Gattusos que hay dispersos por todos los garitos? Pues es mínimo y de ahí que la competencia sea cada vez mayor. El currante del que hablo aquí no es el típico baboso. Es noble e ingenuo. Tiene en la recámara miles de temas de conversación (banales o no), que alargará hasta límites totalmente obsesivos. Nunca busca el beso hasta que no tiene una seguridad máxima (es decir, nunca). Conoce de memoria todas las excusas posibles. No ya para evitar el coito sino para evitar nimiedades como dar el móvil. En caso de conseguirlo, siempre querrá cerciorarse de que es el verdadero haciendo una perdida. Por si acaso. Después, al llegar a casa, le mandará un mensaje para proponer una cita inmediata. El currante ha sido tan sumamente paciente toda la noche y toda la vida que, paradójicamente, busca la inmediatez cuando ha conseguido el menor logro. Ahí es cuando le traicionan sus impulsos y pierde todo lo que tanto tiempo le ha costado lograr. El currante es un buenazo, pero hasta un cierto punto. Empezó gastando cantidades ingentes de dinero en las féminas. Ahora pide algo cambio. El trueque nunca es aceptado, pero al menos ya no pierde tanto cash.



El currante va a una primera cita inmerso en un mar de nervios. Sabe que lo más probable es que sea la última. El currante es enamoradizo por naturaleza. No sabe ser mujeriego, no le sale. El currante nunca habla de sexo de forma explícita. Nunca menciona la palabra ‘follar’ y como la expresión ‘hacer el amor’ le parece excesivamente cursi, sólo dice ‘hacer eso’. Por cosas como ésa, el currante siempre parece menos inteligente de lo que es.

Quiero que esto sirva como homenaje a todos los currantes. Se lo merecen, entre otras cosas, porque todos llevamos uno dentro, aunque salga a relucir en contadas ocasiones.

viernes, 20 de abril de 2012

El otro clásico

Ya lo comenté aquí hace no mucho. No voy a hablar en exceso del clásico, estoy realmente cansado de las peripecias de estos dos equipos, de esta bicefalia monstruosa que está devorando nuestro fútbol. Queda menos de un mes para que todo haya acabado, aunque después viene lo peor: un verano plagado de rumores, bulos y chascarrillos varios sobre los posibles fichajes de uno y otro (al que humildemente voy a contribuir, desde mi nueva ubicación periodística, ‘FichajesyCracks’… qué contradictorio soy, ¿verdad? Pues a joderse). Después de introducir mi cuña publicitaria, al lío. Hoy voy a hablar de otra manera de vivir el fútbol, quizás de la peor. Algunos quizás penséis que no existe nada más terrible que ver un partido de máxima trascendencia acompañado por un seguidor del eterno rival. O de muchos. Lo reconozco, eso es duro pero es bastante pero ver un partido con…una mujer. Y sí amigos, no me jodáis, porque todos (me incluyo), como buenos ‘calzonetti’, hemos sucumbido al poder femenino alguna vez. Y no mola. ¿Por qué?

• Porque a no ser que tengamos una confianza extrema con la hembra, no podremos gritar, ni insultar, ni lanzar ventosidades, ni beber sin límite… En fin, no podremos ser nosotros mismos.

• Porque no estamos pendientes de lo que de verdad importa. Si estamos con ella, estará todo el rato que si besitos, que si abrazos, que si tacatá… Si estamos en proceso de conquista, deberemos prestar (o al menos fingir que lo hacemos) atención a lo que nos cuente. Un coñazo (bueno, lo del tacatá, dentro de lo malo…)



• Porque o van de lerdas o van de listillas (casi me quedo con lo primero). O hay que explicarles cada regla del juego o hay que demostrarles que llevamos viendo fútbol bastante antes de que ella empezara a depilarse las piernas (bueno, a veces no, cada vez son más precoces).

• Porque les da absolutamente igual quién gane o quién pierda. Son del equipo del tío al que se están tirando en cada momento. Sí, ahora quizás te apoye pero, ¿te puedes imaginar lo que estaba haciendo hace un año? Pues eso.

Si no tenéis más remedio y de verdad os merece la pena, aguantad los 90 minutos pero por favor, por lo que más queréis, nunca tengáis una de las primeras citas en un estadio. Hacedme caso…no conviene.

miércoles, 18 de abril de 2012

Esperanza

A algunos les debe extrañar el título de mi entrada después de lo acontecido en los encuentros de ida de las semifinales de la Champions. O quizás piensen que me refiero a las posibilidades que tienen Real Madrid y Barça de remontar en la vuelta. Pues no. Nada más lejos de la realidad. Dejando aparte el casposo patriotismo del fútbol, creo que las derrotas de los dos gigantes de nuestra Liga otorgan al resto de mortales una rayito de esperanza. Algunos pensábamos -tal vez seguimos pensando- que esto del fútbol se terminaba, que todo iba a quedar reducido a eternos enfrentamientos entre culés y merengues.


Y no pongo en duda que ambos equipos consigan meterse en la final. No es ningún secreto que tanto Real Madrid como Barcelona son muy superiores a Bayern y Chelsea, pero lo cierto es que han caído. Al menos en la ida. Ojo, que a un partido con un equipo serio (quítese el Apoel de la lista), pueden perder. También es verdad que, haciendo una comparación entre los dos partidos, puede parecer más injusto el resultado que se lleva el Barça. Los de Guardiola fallaron lo inimaginable y se van con un resultado muy peligroso al Camp Nou. Algún madridista malévolo pensará que es un castigo divino por el ‘Ovrebazo’. Tampoco me importa en demasía, la verdad.

Comprendo que existe una gran masa social que espera que la final del 19 de mayo (mi cumpleaños, y el de Forlán, y el de Pirlo) sea española. Hay dos grandes aficiones que ansían estar en Múnich. Pero también hay aficionados del Atlético de Madrid, del Valencia, del Sevilla, del Athletic, del Betis, incluso del Rayo Vallecano, del Sporting, del Hércules o del Cartagena. Eso dentro de nuestras fronteras. Porque fuera hay seguidores de la Juventus, del Arsenal, del Borussia Dortdmund, del Lille, del Benfica, hasta de equipos como el Bolton o el Lecce. Qué cosas.


Y una gran mayoría de esa gente, aunque no lo creáis, se ha alegrado de que Barcelona y Real Madrid se hayan llevado un revés. Han sido envueltos en un halo de optimismo al ver que el balompié sigue siendo de todos. Han vivido con entusiasmo la noticia de que al fútbol pueden seguir jugando los mortales. De repente, han caído en la cuenta de que los árbitros vuelven a perjudicar a todos. Se han quitado la venda de los ojos y ya divisan a muchos futbolistas, a muchos más que no visten (ni siquiera vestirán), de blanco o azulgrana.

Es necesario que el pueblo vuelva a creer en su poder. Que el fútbol es mucho más que dos equipos. Lo mismo nos pasa a nosotros cuando vemos a un tío del montón con un pivonazo. Debemos recuperar la fe. Ellos se llevan las manos a la cabeza por una derrota, nosotros estamos hartos de sufrirlas. ¡Vamos Bayern, vamos Chelsea!

lunes, 16 de abril de 2012

Ajuste de cuentas II (Te tengo unas ganas...)

Entramos en una decisiva semana de competiciones europeas y tres de las cuatro semifinales (entre Champions y Europa League) ya se han repetido en alguna ocasión. Los medios, deseosos de vender humo, disfrazan choques envueltos en la monotonía, en duras batallas en busca de venganza. Ajustes de cuentas, al fin y al cabo. Bueno, para ser acordes con la realidad, en parte no les falta razón.


El duelo Bayern-Madrid es uno de los clásicos europeos y aderezado con la maldición de los blancos en Múnich (nunca han ganado), es un enfrentamiento potable. Todo esto, además, con la increíble expectación de volver a escuchar a Mourinho ante los medios (totalmente obligado, pobrecito). Y lo cierto es que todo está relacionado, porque el Chelsea-Barça, de manera irremediable, nos traslada al ‘Iniestazo’ de 2009 y al arbitraje del adorado (sobre todo por Mou), Ovrebo. En Londres sí que existe ánimo de revancha. Ya no sólo porque quieren resarcirse de lo que consideran una estafa, sino también por la necesidad que tiene uno de los equipos con mayor potencial económico del fútbol europeo por volver a luchar por el cetro del fútbol mundial. Y qué decir del Atlético-Valencia. Nunca hubo excesivo odio entre ambas entidades (nada que ver, por ejemplo, con la relación Sevilla-Atleti), pero el clamoroso penalti no pitado a Zigic en la edición de la Europa League de 2010 (a la postre serían campeones los rojiblancos), seguro que ha incendiado el ímpetu ché.

Hace ya unos meses hablé de las cuentas pendientes, pero más bien en su versión ‘light’. Que sí, que me mola mucho y nunca me he liado con ella, que a si patatín, que si patatán… Mariconadas. Vamos al verdadero lío. Nos han tenido que putear de verdad: haberse ido con otro delante de nuestras narices, habernos utilizado como mero objeto sexual (bendita putada), habernos tenido a pan y agua durante mucho tiempo mientras se taladraba a otro (síndrome ‘Pagafantas’), o algo similar. Algo que nos haya tocado mucho los cojones, vaya.


Ok, aquí tenemos varias opciones. La primera -y menos recomendable- es emprender un duelo con la cucaracha en cuestión. Lo repetiré una vez más por si alguno está un poquito perdido: contra una mujer, nunca, nunca, nunca se gana. Pero hay otra forma. Una manera mucho más placentera y que nos dejará totalmente descargados de ira y de rencor: romperla. Literalmente. Inyectarle una dosis de carne que no olvidará jamás. El típico polvo de cabreo, con embestidas violentas (desde el cariño, siempre), con movimientos rápidos, sin opción de bajar el ritmo. Sí, esta es la mejor venganza, señores. Hagámosla gozar, derretirse de placer, que sus gemidos se escuchen en todo el vecindario, que nuestros fluidos se queden por siempre impregnados en sus entrañas. Que se corra varias veces. Y después, sin hablar, recogeremos nuestros bártulos y nos iremos. No la volveremos a ver. El último recuerdo que tendrá de nosotros es un coito nunca imaginado. Sí. Es la mejor venganza.

sábado, 14 de abril de 2012

¿Por qué?

No lo termino de comprender. Me cuesta asimilarlo. ¿Por qué todas las jodidas tías de este país te mencionan a su novio en la primera frase que intercambias con ellas? Vamos a ver guapa, he venido a que me soluciones un problema muscular, cíñete a tu trabajo y no me cuentes tu vida. ¿Acaso yo cuando voy a que me cortes el pelo, a comprar pan o a adquirir una prenda de ropa te cuento cuántas veces me masturbo al día? No, no me interesa absolutamente nada sobre el gañán de tu novio. Por Dios, sólo estoy tratando de ser cordial, ni siquiera te he mirado el escote, no pretendo acosarte. ¡Cuéntale tu puta vida a quien le importe!


P.D: Espero que cuando vuelva a estar comprometido, mi novia sea así… que le hable de mí a toooooodos los tíos. No caerá esa breva…

jueves, 12 de abril de 2012

La maldición de las grandes citas

Lo malo de las grandes citas es que, inevitablemente, sacan a relucir las vergüenzas del más débil. Es ley de vida. Y el más débil (y con diferencia) volvió a ser -es- el Atlético de Madrid. La historia del derbi es un cuento que se va a repetir hasta la saciedad. Por todas las circunstancias que envuelven a ambos equipos (presupuesto, gestión, jugadores, ambición, etc), tan sólo un milagro haría que el resultado final distase mucho de lo que aconteció en el Vicente Calderón. La afición colchonera sueña en silencio minutos antes de que comience el encuentro, se vuelve a excitar en un momento dado (ayer fue con el empate de Falcao), para luego después regresar al clima de resignación y falsa indeferencia. No hay otra alternativa, esto seguirá pasando a no ser que cambien una serie de factores que, tal y como están las cosas a día de hoy, son inamovibles.

Seamos serios. El equipo de Simeone ha jugado a trompicones con rivales menores, como Zaragoza o Levante. En esos encuentros sobre el campo estaban Falcao, Diego o Adrián, pero también estaban Godín, Gabi o Tiago. No hay más de dónde rascar. Con lo cual, el equipo va a ser el mismo cuando el eterno rival visita el feudo rojiblanco. Aunque muchos se escuden en el “gran” primer tiempo del conjunto local, no hay por dónde cogerlo. Pero sí hay por dónde empezar: por ejemplo, la portería nos serviría para ilustrar lo expuesto a la perfección: Courtois, ese guardameta idolatrado de forma vehemente por grada y prensa, mostró su peor cara ante el Madrid. No es nuevo, ya le ocurrió en el partido de la primera vuelta.


Los que me conocen saben que tengo una predilección especial por los porteros: suelen ser mis protegidos y no me gusta cebarme con ellos. Pero lo de ayer merece un capítulo aparte. Sí, Cristiano es un jugador extraordinario, precisamente por eso no rechaza los regalos. Lo del gol de falta es de traca. Estamos acostumbrados a ver lanzamientos directos que se cuelan por el palo del portero. El meta se suele equivocar en dar ese paso que sobra hacia el otro lado y le cuesta reaccionar cuando le cambian la trayectoria. Pero el belga se colocó, directamente, detrás de la barrera. Parecía que el palo que debía defender era el otro. Tal era el miedo escénico que le produjo la figura de CR tomando carrerilla hacia el esférico. El del luso no fue su lanzamiento más potente. No le hizo falta. El tiro del segundo gol sí que fue más contundente. Pero no iba colocado. De hecho, el cuero pasa por el mismo centro, donde está Courtois, que hace un escorzo extraño. Segundo fallo, segundo gol. Estos encuentros, quieras o no, te dejan marcado.

Eso es lo que pasa cuando tenemos la posibilidad de coronarnos ante una fémina bella y con gran pericia en estas lides. He escuchado múltiples teorías para esconder los fracasos sexuales. “Es mejor que no se acostumbren a lo bueno desde el principio, que subamos el ritmo poco a poco”. Gilipolleces. Ante el Sporting igual te vale con eso, pero contra un Madrid ni de coña. El caso que contaba refiriéndome al derbi ocurre aquí. Las grandes mujeres sacan a relucir nuestras vergüenzas. Si nos ha costado mantener el tipo ante casquivanas de dudosa procedencia, es harto complicado que vayamos a dar la talla en partidos de mucho más nivel. Aunque tampoco nos pongamos en lo peor: no es imposible. No hay que llegar al sobresaliente, pero sí al mínimo exigido para tener la posibilidad de repetir.


Una vez una chica (su nivel intelectual dejaba mucho que desear, pero hay que reconocer que era un portento sexual), me dijo que ella no daba más de dos oportunidades. Aguanté tres mesecitos…

lunes, 9 de abril de 2012

¡Que viene Paco con las rebajas!

Parecía imposible pero ha ocurrido. El Barcelona, ese Barcelona al que una gran mayoría daban -dábamos- por muerto en la Liga, ha resucitado (utilizando un símil religioso, tan socorrido en estas fechas). Y sí, es cierto que los de Pep llevan una espectacular racha de victorias en la competición doméstica (9 triunfos), y que su juego ha vuelto a alcanzar cotas de grandeza. Pero es más extraña la mutación blanca. Con diez puntos de ventaja, el Real Madrid volvió a entrar, inexplicablemente, en un círculo vicioso de ansiedad, nervios, tensión y excusas…muchas excusas.


Ya lo avisé aquí hace tiempo. Lo de Pepe iba a ir in crescendo (peligrosamente), a medida que el Barcelona fuese recortando puntos. El último paso ha sido agredirle a un perplejo Arbeloa (y eso que éste también está habituado a repartir). Ya lo veo: si el miércoles los blancos tropiezan en el Calderón, yo de Mourinho saldría por patas. Además, no se le da tan mal al portugués lo de correr. También lo vimos después del partido ante el Valencia. Estaba anonadado escuchando a verios periodistas afirmar que el luso saldría a rueda de prensa, que cuando vienen mal dadas es el primero en dar la cara. Alucino. Ignoro si algunos vemos competiciones diferentes. Imagino que será eso. Pero no importó, Karanka, que debía ser buen estudiante en su infancia, se aprendió de memoria el discursito de los árbitros. Otra cosa que me hace gracia son las ‘encuestas’ de ciertos medios. Seamos serios, si te vas a la puerta del Bernabéu a preguntar, tras un pinchazo que te pone al Barça soplándote en el cogote, si los árbitros perjudican al Madrid, todos te dirán que sí. Que vayan al Camp Nou después del partido contra el Getafe, sospecho que el resultado sería totalmente diferente. A la demagogia sabemos jugar todos, señores.

Los nervios se palpan en todas las líneas del campo, empezando por la portería. No dudo de la calidad de Casillas, pero hay cosas que me siguen ofuscando. Jugada en la que falla, jugada en la que automáticamente recrimina a su defensa. Por otra parte, el obús de Tino Costa era imparable, violento, potentísimo. Pero no, Iker sabía que daba al palo o iba fuera, “él había tapado bien”. Además de santo, vidente. La leche.

Pero todo esto, aplicado a nuestro terreno, únicamente debe dejarnos clara una consigna: no se puede perdonar. Por mucho que lo veamos como algo hecho, por mucho que todos nos digan que no para de hablar de nosotros, por mucho que sea una evidencia, bajo ningún concepto podemos dormirnos en los laureles. Hay que penetrar, eso es lo fundamental. Más vale un mal polvo que ciento volando, no podemos dejar que nuestra amiguita de abajo se olvide de los genitales femeninos. Está harta de nuestro manoseo. Hagámoslo por ella, que tanto nos ha dado…


Para ilustrar esta clase, un ejemplo de lo que NO hay que hacer (y yo hice). Garito, doce de la noche, reunión social de varios conocidos en común de un amigo. Llega su novia, me presenta a una buena jaca, me dice que está soltera y que se le ve ciertamente receptiva conmigo. Para hacer la coña, pido su número y le envío un mensajito hortera, el típico de un admirador secreto, para calentar el ambiente y pensando, obviamente, que se daría cuenta de que era yo. Pues no, llegó un palomo de pedir una copa, ella le preguntó si ese sms era suyo. Él, que no tenía mucha conversación y sin entender muy bien lo que pasaba, sólo acertó a decir que sí. Toma filete. Zas, en toda la boca!

P.D: No volveré a escribir hasta que pase el derbi, ¡Que Dios nos pille confesados!

viernes, 6 de abril de 2012

Dos formas de encarar un partido (en la cama)

El Atlético volvió a acudir a su ineludible cita con el suspense. Hay cosas que por el momento no puede ni cambiarlas el mismísimo ‘Cholo’ Simeone. El primer acto en Alemania trajo a la mente de los aficionados atléticos fantasmas que no terminan de ahuyentar: nerviosismo, desbarajuste defensivo, temor al balón, congoja en cada falta en contra, etc. Y es que este equipo, al menos aún, no sabe jugar a especular con el resultado, a aguantar un marcador. En los primeros minutos hasta el belga Courtois (siempre sobre exigido), mostró sus puntos más flacos. Al cancerbero, posiblemente, le contagiaron de inseguridad sus cuatro compañeros de retaguardia. Arriba, nada de nada. Parecía que el partido se iba a hacer largísimo y el sueño de Bucarest se vislumbraba lejano.

Pero al fin y al cabo, lo mejor que se llevaron los rojiblancos a la caseta en el descanso fue el resultado. No haber encajado un gol resultó valer media eliminatoria. Más aún después de la salida de los de Simeone tras el tiempo de asueto. Una simple permuta del argentino en el posicionamiento de sus pupilos (Diego por Adrián), sirvió al equipo para convencerle de que el Hannover 96 distaba mucho de ser el Real Madrid (la cercanía del derbi se empieza a notar). El brasileño y el asturiano dejaron un partido para la posteridad. Mención aparte merece el gol de Adrián. A veces, la falta de sangre que tanto se le achaca a jugadores como él, nos regalan obras de artes como las de Alemania. Cristiano no hubiera aguantado tanto sin fusilar. Además, Tiago se volvió a mostrar imperial en el centro del campo y la defensa regresó a su cada vez más habitual estado de sobriedad. El equipo lo pasó mal unos cinco minutos después del tanto del empate, pero otra genialidad de Diego remachada por un inconmensurable Falcao terminó por dictar sentencia. Lo dicho, dos partes muy diferentes.


Hace tiempo que no me centro en el tema meramente sexual y ya va siendo hora. Las dos maneras de encarar el partido en Alemania del Atlético fueron muy ilustrativas con respecto a lo que nos puede suceder en un encuentro carnal. Cabe recalcar que esto normalmente nos ocurrirá con un rival de un cierto prestigio.

Primero, los nervios: No terminamos de sentirnos cómodos. Todo comienza mal cuando se nos atasca el sujetador, eso siempre acrecenta en gran medida nuestro estado de ansiedad. Se lo termina quitando ella, pensando que si somos igual de hábiles para todo, va apañada. Tocamos y besamos sin demasiada convicción. “No está disfrutando”, pensamos. Y lo normal es que no nos equivoquemos. Nos cuesta ponernos el preservativo, lo termina haciendo ella. La situación está cada vez más cuesta arriba. La herramienta no termina de entrar. “¿Está dentro ya? Ehhh, a ver… No”. Si no lo remediamos a tiempo, esto puede terminar en una goleada histórica.



Después, el placer: Pero, paremos a pensar un momento… Estamos con una hembra con las piernas bien abiertas en nuestro lecho… ¿Vamos a dejar pasar el tren? No, nos relajamos, intentamos concentrarnos en que sus bajos fondos vuelvan a emanar los fluidos necesarios para un coito en condiciones. Lo hacemos sin prisa, confiados. Nuestros dedos y nuestra lengua deben dejar el terreno en condiciones óptimas para taladrar. Ahora sí que entra, de hecho entra y sale sin ningún tipo de problema y el sonido nos indica que el río ya no está seco. Nos crecemos mandando desde arriba. Esto es fundamental para controlar nuestro ímpetu. El partido se puede remontar. Es más, ya lo estamos remontando. Pero cuidado, no nos relajemos. Ahora que todo va bien un movimiento en falso puede mandarnos de nuevo a la lona. Cuando hayamos aguantado un tiempo respetable embistiendo, entonces cambiemos de postura, dejémonos llevar. Lo peor ya ha pasado, ahora toca gozar…

martes, 3 de abril de 2012

El retorno de Ibra al Camp Nou (Reencuentro con nuestra ex)

Volvió Ibrahimovic al Camp Nou. No era un retorno sencillo, ni mucho menos. El Barcelona es superior al Milán, aunque hay que decir a favor de los italianos que nunca perdieron la cara al partido e incluso consiguieron silenciar a la grada con el gol de Nocerino. Luego vino el segundo penalti. La verdad, yo no lo hubiese pitado. Sí, es de esos agarrones de los hay que decenas en cualquier encuentro y nunca se pitan, pero son penalti. ¿Y entonces por qué nunca se pitan? Incógnitas del fútbol. Ojo, con esto no quiero insinuar que el Barça sea injusto ganador de estos cuartos. Creo que tanto en la ida como en la vuelta ha demostrado estar a otro nivel que el actual líder del Calcio (por poco tiempo, vamos Juve!).


Pero si a alguien se encomendaba el conjunto ‘rosonnero’ era a Ibrahimovic. El sueco está haciendo una campaña espectacular en Italia y se esperaba con cierta expectación su retorno al Camp Nou en un partido de tal calibre. Su reencuentro con Pep. En esa relación, tormentosa como pocas, volvió a ser el técnico quien decidió ponerle el punto y final. No se lo tomó muy bien el sueco, que además de bautizarle como “filósofo” amenazó tiempo atrás con propinarle una señora paliza. Sí, al final iba a ser cierto eso de que Guardiola le tenía miedo. Pero en la vuelta de Champions, aparte de dos destellos aislados de calidad, no hubo noticias de Ibra. Pasó desapercibido, sin pena ni gloria. Quizás el destino le brinde otra oportunidad para consumar su particular venganza, pero está claro que no será esta temporada.

Pongámonos en situación. Tras la dolorosa ruptura con nuestra novia y después de los clásicos coletazos post-relación y de un tiempo prudente sin contacto, nos enfrentamos a la primera prueba de fuego: la típica fiesta de conocidos en común. No me negaréis que no molaría ser como Ibra. Llegar al guateque altivos, con nuestra melena recogida en un moño y con carita de muy pocos amigos. A la primera tontería, bofetón al canto. O una patada en las costillas, eso también puede valer. Pero como de costumbre las cosas no son así, amiguitos. No somos Ibrahimovic. No, ni de lejos. Así que tendremos que utilizar otro tipo de repertorio.

Vamos a imaginar el peor contexto, y por ende, el más probable: nosotros acudimos sin pareja y ella ennoviada. Vale, la situación es delicada pero aquí lo importante es mantener una imagen que sea mínimamente digna. No importa que hayamos pasado los últimos meses llorando por las esquinas, emborrachándonos vilmente cada fin de semana y llevándonos a la boca a los orcos más repulsivos de la ciudad. No, ella hoy no puede notarlo. Nuestro aspecto físico ha de ser cuidado y, aunque nos duela, esta vez deberemos beber con moderación. Un exceso de alcohol nos puede hacer caer en el más absoluto de los ridículos, bien sea encarándonos con su galán, bien sea tratando de conquistarla de nuevo. Patético. Otra cosita importante. Lo de mantener una imagen digna lleva implícito el dejar de pensar con la bragueta, aunque sea por una noche. No podemos fornicar a cualquier cranco. Si las circunstancias lo permiten y la fémina es una hembra en condiciones, está permitido pero por un día, obviemos las rebajitas.


Bueno, tal vez ella (cosa harto complicada), tampoco haya encontrado a su media naranja en estos meses. Si va soltera, nuestra actitud no puede distar mucho de lo expuesto anteriormente. Elegancia, saber estar y calma son las tres armas para conseguir nuestro objetivo, sea cual sea. Así, si se produce algún acercamiento lo iniciará ella, lo que nos proveerá de una importante ventaja.

¿Y si ella va sola y yo emparejado? Por favor, no seamos absurdos, esa opción ni la contemplamos.


P.D: Como hoy tocaba hablar de Ibrahimovic, he decidido rescatar este vídeo de su agente, el gran Mino Raiola, tras su salida del Barça. Espectacular…


P.D 2: La película no la he visto, aunque hay personajes que me la han aconsejado fervientemente...

domingo, 1 de abril de 2012

Territorio hostil

Al final el Reyno de Navarra, insultos del graderío y lanzamiento de objetos en los aledaños del estadio aparte, no ejerció de infierno ni de nada parecido. Aunque algunos aficionados se empeñaron en dejar su huella con acciones realmente deleznables. Porque en los enfrentamientos entre grupos ultras no se gana ni se pierde demasiado: se pelean dos grupos de descerebrados. En cambio, amedrentar entre diez a un padre con su hijo es de cobardes. Pero bueno, al menos han salido en la tele, eso que se llevan.



Pero en lo deportivo mucho ruido y pocas nueces. Poco Osasuna y mucho Madrid. Estaba claro que un gol tempranero era la mejor medicina contra las armas rojillas y Benzema acabó el partido en el minuto 3 (por cierto, qué sencillo es hoy en día que se compare un gol del galo a otro de Van Basten). Muchos hablaban de esta jornada como clave, tendría que pasar algo. Pues no, todo sigue igual. Como bien decía hace poco mi ex compañero y amigo David Sánchez, el Madrid cuenta con una ventaja importante sobre el Barcelona, además de la que dicta la tabla. Su calendario es más complicado sí, pero tiene el ímpetu de marchar primero, esa gasolina que bien administrada da unos resultados espectaculares. Cuando el ímpetu se convierte en miedo es peligroso, pero en Pamplona ocurrió todo lo contrario. Por mucho territorio hostil que fuese para los blancos.

Pero lo cierto es que el buen partido del Real Madrid en Pamplona no va a estropearme el post que tenía pensado hacer. Cuando empezaba con el blog hablé de los ‘estadios malditos’. Ahí más bien me refería a lugares donde la empresa de ligar, por circunstancias y factores ajenos a nosotros, es complicada. Hoy quiero ir un paso más allá, quiero analizar parajes donde corremos peligro, lugares recónditos donde sentiremos el aliento del pavor en nuestro cogote. Leed atentamente:

Pubs lésbicos: El otro día estuve en uno ubicado en la calle Goya. Iba con ilusiones, siempre te imaginas que el público ‘gay’ (en su mayoría), es tolerante e incluso fantaseas con la posibilidad de realizar un trío si los astros se alinean. Nada de eso, amiguitos. En primer lugar, únicamente podréis entrar si una chica os acompaña. Si conseguís adentraros en la cueva, seréis el centro de muchas miradas de desprecio, de asco, de repugnancia. Ni que ellas fueran diosas. Pero lo del trío, en cuanto entréis, será lo primero que borraréis de vuestra mente.


Camareras: Aunque no lo creáis, tuve una época en la que era una suerte de imán para las ‘barwomans’. Me miraban de forma especial, alargaban las conversaciones conmigo, incluso a veces me invitaban a unos tragos. Pero no, nunca definí. Estuve cerca de hacerlo con la del ‘Nasty’. De hecho, hubo un tiempo en el que únicamente seguía asistiendo a ese horrible local infectado de modernos y horteras por ella. Pero creo que no sois conscientes del séquito que tiene detrás una mujer que trabaja en un local nocturno: camareros, porteros, dueños, camellos, disc jockeys, etc. Posiblemente uno de ellos sea su novio pero aunque no fuera así, todos, absolutamente todos quieren beneficiársela y no van a permitir que un espontáneo se la lleve así como así.


Las fiestas del pueblo de tu novia: Éste es de mis preferidos. Vamos a ver, no es tan complicado de entender. Ella se ha criado, durante las temporadas estivales de su infancia y adolescencia, entre individuos asilvestrados acostumbrados a sobarla, zarandearla, frotarse con ella y otras cositas más. Bien, lo malo es que diez años después y con vosotros delante, lo seguirán haciendo. Es un pueblo, la conocen todos. Tendréis que ver la misma imagen una y otra vez y por no hablar de lo que hacen con unas copas de más. La disyuntiva es: ¿me inmolo o trago con esta humillación? Casi mejor vamos a buscarnos a una urbanita.