martes, 30 de octubre de 2012

Promesas que no valen nada

No es época de promesas, al menos no en el Atlético de Madrid. Los tiempos han cambiado -o no tanto- y ya no se estila eso de jurar amor eterno. No lo hizo Radamel Falcao en su emotiva entrevista en ‘Punto Pelota’. Sus motivos, en parte, parecen coherentes: no depende de él, la situación del club es delicada. Unas horas antes Thibaut Courtois se daba un baño de masas en un centro comercial de Alcorcón y también se negaba a asegurar su continuidad.



Vayamos por partes: el meta belga tampoco es Gigi Buffon para que esté ‘perdonando’ la vida a los hinchas colchoneros. La marcha de David de Gea, por ejemplo, no supuso el desmoronamiento del club. Después está el tema del ‘Tigre’. Da una de cal y otra de arena (siempre me costó saber cuál era la buena y cuál la mala). El atacante, quizá debido a su extremismo religioso, intenta no mentir: afirma que nunca ha pensado en irse, pero al mismo tiempo deja abierta la puerta a una posible salida en el futuro. Ambas cosas son verdad.

El Atlético (en lo deportivo sobre todo) se está acercando paulatinamente al nivel de Madrid y Barça. Pero el ritmo es muy lento y eso se nota en algunos aspectos institucionales. En la Ribera del Manzanares cualquier jugador que se salga de la media (para bien) se resiste a realizar promesas. No ocurre lo mismo en Chamartín y en el Camp Nou. Parece que al club rojiblanco se le ha olvidado acoger a estrellas. Le es difícil lidiar con la prensa, con los rivales, incluso con la familia del futbolista. Es vital para la institución colchonera que solucione este problema cuanto antes.

La sinceridad es dura de digerir, pero no tiene porqué ser vaticinar un final trágico. De hecho, el golpe suele ser mucho mayor cuando hemos recibido todo tipo de promesas descabelladas por parte de nuestra fémina: “No he querido a nadie como a ti”, “Eres el hombre de mi vida” o la siempre inverosímil “Siempre estaremos juntos, siempre”.



Que no nos aseguren absolutamente nada nos genera un estado de ansiedad que debería hacernos reaccionar. Si tenemos a Falcao en nuestras filas, es necesario que luchemos por su permanencia. Volvamos a ser comportarnos como un grande. En caso contrario, si la dama en cuestión no pasa de ser un Courtois con ínfulas, únicamente señalaremos la puerta desde la habitación.

viernes, 26 de octubre de 2012

El Balón 'políticamente correcto'

Lo del ‘Balón de Oro’ es de traca. La distinción individual más importante del planeta fútbol está perdiendo validez día a día. Obviemos la ambigüedad de los parámetros que se valoran y centrémonos en el sistema de votaciones. Da la impresión de que estamos en la época de la ‘Omertá balompédica’. Se han filtrado los destinatarios de los votos de Casillas. Por partes: el cancerbero no ha estado muy ágil, ya que se ha enervado con facilidad cuando le han cuestionado por eso. No le sienta bien que se sepa que no va a seguir con el rumbo marcado por el Real Madrid (que no es otro que el que designa José Mourinho).



No, Cristiano no es el favorito para el capitán madridista. ¿Por qué? Pues quizás porque quiere posicionarse del lado de Sergio Ramos, el nuevo líder del pueblo merengue o tal vez porque no quiere darle votos a uno de sus máximos rivales. El portero cree que también puede ganarlo y eso es lícito. Dicen (no me queda muy claro) que los jugadores pueden votarse a sí mismos. Ninguno lo hace porque se supone que no sería políticamente correcto. Ya que todo es un cachondeo, pues que lo hagan. Que sí, que el capitán de la selección egipcia se vote a sí mismo para salir en la lista y así sucesivamente.

El sistema no es congruente, ni natural, ni justo. Siempre se quejan cuando este tipo de premios lo otorgan los periodistas, pero visto lo visto, resulta mucho más objetivo. Un profesional podrá tener unos colores u otros, pero no puede votarse a sí mismo porque no es Cristiano ni Messi, ni Falcao. Una cosa hay que reconocer en este caso: lo políticamente correcto seguramente responderá a la lógica. Esa es la mayor ventaja de Leo: es el mejor, se mire desde el prisma que se mire. Pero que cada cual vote a quien quiera.

No es condenable defender lo tuyo, máxime cuando crees que de verdad superas a otros. Messi se puede permitir aparentar modestia, los demás no. En ocasiones tenemos que apostar por nosotros mismos ante la amenaza de potenciales buitres. “Ese tío es un analfabeto y un calzonazos”. Igual no es lo correcto, pero es la verdad y en el fondo ellas también lo saben. Claro, la cosa cambia cuando sale a la palestra el nombre de una de sus ‘enemigas’.



A ver, nosotros estamos muy felices con nuestra relación, pero hay que confesar que la otra tiene una pechera que quita el hipo. Que nos pone cachondos, vaya. Señores, aquí toca ser políticamente correcto: “No es tan guapa, yo ni siquiera me había fijado”. Que no enteren nunca de nuestras votaciones.

domingo, 21 de octubre de 2012

¿Ángeles o demonios?

Es el sino del portero. El todo o nada, el blanco o negro, héroe o villano en décimas de segundos. Iker Casillas y Víctor Valdés han sufrido este síndrome desde hace años. El de Móstoles recuerda con un dramatismo propio del film ‘Lo Imposible’ su etapa como suplente. Un chaval imberbe chupando banquillo en uno de los mejores clubes del mundo. Qué tragedia. Por su parte, el arquero culé ha afirmado en varias ocasiones que no disfruta jugando al fútbol, que incluso estuvo a punto de dejarlo en el pasado, donde tuvo que recurrir a la ayuda psicológica y al apoyo familiar.



Los dos están de capa caída. Sí, sus equipos siguen ganando (el Barça más que el Madrid), pero ellos no deslumbran como antaño. En los grandes equipos, la figura del portero está aún más observada que en los pequeños: el contrario llega menos y la afición exige más. Y eso termina presionando. Casillas hacía milagros y Valdés dejaba su puerta a cero uno de cada dos partidos. Ambos han situado el listón muy alto. El debate, en todo caso, no afectará a su titularidad. Los suplentes tienen un nivel notablemente inferior. Su puesto no corre peligro, aunque su imagen sí.

En el otro extremo están los Aranzubia, Roberto o Andrés Fernández. Sus equipos son más humildes: en este caso los contrarios llegan muchísimo y la afición valora cada parada. Lo bueno aquí es que las goleadas encajadas se olvidan rápido, sobre todo cuando llega un buen día. Y siempre termina llegando. Es cuestión de estadística. Si te llegan cincuenta veces por partido, habrá uno en el que lo saques todo.

Esta es la mayor diferencia en la que debemos fijarnos en una relación. Cuando nos referimos a un romance idílico, sin gritos, discusiones ni problemas, en ese momento nos convertimos en Iker o Valdés. Cualquier paso en falso nos puede llevar a la ruina, así que tendremos que mantenernos en plena forma, estar preparados para todo, calientes sin un entrenamiento previo.



Por el contrario, cuando estamos inmersos en una relación en la que la brea es tan habitual como el sexo, tenemos mucho ganado. Si nos llamamos de todo por sacar al perro, la situación no cambiará tanto cuando la discusión gire en torno a un tema más delicado. Tenemos más margen de error y a la vez más posibilidades de lucirnos. Si nos caen cinco no se derrumba el mundo. Qué raro e injusto es esto de estar entre los tres palos.

domingo, 14 de octubre de 2012

El Caso Falcao (Cuando todos quieren que te deje)

El asunto va a estar complicado. Reconozco que la velocidad con la que el entorno mediático ha comenzado a relacionar el nombre de Radamel Falcao con el Real Madrid me ha sorprendido. El ‘Tigre’ metió tres goles al Chelsea en la final de la Supercopa de Europa y la central lechera (Pep acuñó algún término grandioso) comenzó a trabajar. La situación se ha vuelto más dramática para los intereses del club colchonero después del inicio de temporada: el atacante se está saliendo y el conjunto blanco ya está ocho puntos por debajo de los líderes (uno de ellos el propio Atlético, casualidades de la vida).



Florentino Pérez se enfrenta a unas elecciones en 2013 y ha tomado la determinación de apabullar a cualquier rival que ose plantarle cara. Hasta tal punto llega ese ansía de poder que parece que el presidente esté nervioso. Las cosas no han empezado bien en Chamartín: motines internos, la Liga muy lejos demasiado pronto y la melancolía de Cristiano flotando en el ambiente. La solución es clara: que se hable del fichaje de Falcao por el Madrid. Siempre ha sido así: cuando el Barça ganó el triplete el protagonista fue Cristiano. En la casa del rico las cosas funcionan así.

El Atlético, pues, va a tener que resistir una ola de embestidas en forma de rumores y elucubraciones varias de aquí a final de temporada (será difícil que suceda algo en invierno). Es completamente proporcional: cuando mejor te van las cosas, más te quieren joder. Tiene su lógica. Todos te envidiarán si tienes un puesto de trabajo respetable y una mujer imponente colgada del brazo. De lo contrario estate tranquilo: nadie te molestará.

Lo he explicado en multitud de ocasiones: las tías siempre van a tener revoloteando a su alrededor a un nutrido grupo de buitres. Cuanto mejor sea la fémina, más poderosos serán nuestros rivales. Un hombre desesperado está dispuesto a cualquier cosa: mantenerla, perdonarla, acosarla, comprarla. Normalmente nuestras armas son más humildes así que tendremos que tirar de ingenio (sí, ya sé que esto no funciona casi nunca).



Es importante que mantengamos -al menos de cara a la galería- la confianza en nosotros mismos. No podemos mostrar nerviosismo, así que no caigamos en el juego de los buitres. Si quiere un calzonazos se irá con él. Nosotros somos la opción viril, no lo olvidemos. Por eso, tampoco es el momento de bajar el nivel sexual. Los orgasmos terminan siendo más útiles que las flores, creedme. Por último, si vemos que su salida es inminente, nos veremos obligados a buscar un recambio. No se puede ganar siempre.

miércoles, 10 de octubre de 2012

El topo

No entiendo la gracia que tiene escuchar la bronca de Marcelo Bielsa. Es decir, comprendo que es un documento sonoro de gran valor periodístico y el medio al que le llega debe sacarlo, pero no sé qué quiere conseguir el topo con esto. Ridiculizar al Athletic, a lo sumo porque desde luego yo no he cambiado mi opinión sobre el técnico argentino después de escuchar las grabaciones. Un entrenador puede echar una bronca si sus jugadores acaban de perder una final. Qué menos, ¿no?



El topo suele estar en el entorno de ella. Puede ser el clásico amigo gay (malas víboras) la amiga insoportable o incluso un ex novio. Por supuesto, no se enteran por ciencia infusa. Es nuestra fémina la que se encarga de airear nuestros trapos sucios de manera rastrera y contando -únicamente- su versión. Teniendo esto en cuenta, no nos debe extrañar que su familia nos mire con cara de asco cada vez que vamos a su casa. Ella es la que nos convierte en enemigos.

Yo soy de la opinión de Sergio Ramos: “la mierda de casa se soluciona en casa”. Aunque todos necesitamos desahogarnos de vez en cuando, intento no poner a parir a mi damisela a las primeras de cambio. Creo que el que pierde, al final, eres tú. La gente puede pensar: “Esa zorra le puede joder la vida” y cosas por el estilo, con lo que nuestra imagen queda bastante perjudicada. Tampoco me gustan los pollos públicos. Abogo por fingir normalidad hasta llegar a un lugar privado y seguro. Allí puede estallar la guerra, pero hacer numeritos delante de la gente es muy desagradable.

Y es que para mi discutir es un arte, es algo muy íntimo. Si me jode sobremanera que realices un exhaustivo examen cada vez que aparco, no hace falta que lo sepa todo el mundo. Tampoco las lindezas que suelto de tu ex, ni tan siquiera mis manías sexuales. Esas son nuestras cosas.

jueves, 4 de octubre de 2012

Cómo ser Sergio Ramos sin morir en el intento

Hace años profesaba poco menos que odio hacia él, pero ahora me declaro ‘Ramista’. Existen dos conclusiones básicas que saco de la guerra abierta con Mou. La primera es que el central andaluz le está echando arrestos: no se baja de la burra pase lo que pase, algo que más o menos ha hecho Casillas. Pero también es verdad que su posición es privilegiada. Él mismo lo dice: lleva 8 años en la ‘Casa Blanca’ y “tiene el culo pelao”. Esto significa, básicamente, que si se marcha por la puerta de atrás de Chamartín ofertas no le van a faltar. Aparte por supuesto del cariño que ya tiene de una gran parte de la masa social merengue. La otra está hipnotizada por ‘The Only One’.



Y es que no se puede ser un rebelde sin causa así, a la ligera, a las primeras de cambio. Con las mujeres es necesario medir los tiempos y comenzar a desplegar nuestro arsenal cuando nos hayamos asentado. Os lo dice un hombre impulsivo que lo suele cantar todo al principio. A veces ése no es el camino, aunque nunca viene mal dejar claro algunas cosas básicas. En primer lugar debemos tener claro que la fémina en cuestión merece la pena (en caso contrario no haremos esfuerzo alguno). Después, hay que intentar encontrar un equilibrio. Por supuesto que no podemos ser unos ‘lilas’ desde el minuto uno porque nos terminarán pisando, pero tampoco es aconsejable irnos al otro extremo.

Hay un momento en la vida en la que nos damos cuenta de que todas, todas las mujeres tienen algún tipo de carga (o tara): ex novios, buitres, hijos que aparecen de repente, gran carga laboral, adicción al sexo, imposibilidad de dejar de mentir, etc. Bien, si montamos un pollo en el comienzo de la relación por alguno de estos incómodos factores lo más probable es que se asuste. Por eso hay que mantener la compostura hasta que ella esté verdaderamente involucrada.

Cuando se haya acostumbrado a ti, cuando esté realmente enganchada a tus embestidas, cuando se comience a poner nerviosa por las mujeres e tu entorno (puedes inventártelas), entonces ataca. No te calles nada. Rebélate. ¡Seamos como Sergio!