miércoles, 30 de mayo de 2012

Enemigos irreconciliables

Si no se llevan bien, que se lleven”. Más claro, agua. La verdad es que da un morbo brutal ver a Ramos y a Piqué defendiendo los mismo colores, haciéndose coberturas, peleando por un mismo escudo, abrazándose… He tenido la ocasión de ver un vídeo graciosísimo en el que ambos celebran juntos una victoria con ‘La Roja’ y Piqué tiene un semblante que denota extrema perplejidad : “¿De verdad estoy haciendo esto?” No tiene desperdicio…



Confieso que al principio no se me ocurría cómo ligar esto al mundo de las relaciones. Se me presentaban varias alternativas y he elegido una, creo que la más acertada: la relación con el ex de tu novia. Este tema me parece realmente apasionante, más que nada porque es algo casi inevitable. Los ex son como moscas cojoneras, estarán ahí por los siglos de los siglos, eso es lo primero que debemos tener claro.

Claro, como en todo en la vida, hay clases y clases: los hay más y menos gilipollas. Pero todos lo son. Sin excepción. Esto es así: cualquier hombre que haya penetrado a nuestra fémina en algún momento de su vida no merece nuestro respeto. El caso es que ellas no pueden notarlo, hay que disimular nuestra ira mientras nos sea posible.

La historia comenzará aguantando sus llamaditas y sus mensajitos. La echa de menos. Pobre. “Joder, si yo no siento nada por él, pero es que lo está pasando muy mal” ¡Mándale a la mierda, coño! Eso es lo que nos gustaría que hiciera, pero no caerá esa breva. Nos tenemos que comer al pipiolo con patatas. Tragaremos, pero no a todo: “¿Cenar con él? Ni lo sueñes, muñeca”.

Lo paradójico es que cuanto menos expresemos nuestro odio hacia él, más seguros parecemos a los ojos de ella. Son sus excusas y hay que aceptarlas como verdades universales: “si te pones celoso, es que ni siquiera crees en ti mismo”. Pamplinas. No nos mola que un tío que se la ha follado durante x tiempo la vuelva a ver. Y punto.



Lo más surrealista llegará si ella nos suplica que seamos su amigo. Yo no puedo deciros lo que tenéis que hacer pero esto es realmente duro. Para algunos, la humillación extrema, aunque para otros precisamente lo contrario. Ahora el poder lo tienes tú, restriégaselo. Claro, que de ahí a abrazarnos cuando la selección meta un gol hay un largo trecho…

lunes, 28 de mayo de 2012

Negociaciones II (El cortejo)

La que se ha montado en Italia. Es matemático: ya ocurrió en 2006 con ‘Calciopoli’ y ocurre ahora, antes de la Euro de 2012, con el ‘Calcioscommesse’. Tras más de un lustro en el que el balompié italiano se ha mantenido limpio por fuera pero maldito por negro, el nuevo ciclón amenaza con arrasar todos los estamentos de la Serie A, comenzando por el actual campeón, la Juventus y siguiendo por la ‘azzurra’, que ya ha visto cómo Criscito (le puede seguir Bonucci), ha abandonado la concentración. La vez anterior ganaron el Mundial, ojito… Tampoco nos creamos tan ‘guays’ en España. La diferencia, grosso modo con Italia es que allí se cometen delitos, se investigan y se castigan. Aquí únicamente ocurre la primera de las cosas.

No hay lugar para el aburrimiento: ahora que muchos auténticos aficionados se mostraban plañideros por el tornado de rumores, bulos y elucubraciones que se nos avecina, aparece el fútbol italiano para desviar nuestra atención sobre los Moura, Higuaín, Thiago Silva, Bale… y también Cristian Rodríguez. Extraña operación la del Atlético, que seguro tiene un doble significado (¿la segura marcha de Adrián? ¿Algún otro tejemaneje con el Oporto?). En este caso, el club colchonero ha obviado la etapa de negociación para marcarse un auténtico “aquí te pillo aquí te mato”. Como en la vida real, el club del Manzanares lo hace con quien puede. Que no todas se dejan, oiga.



Pero normalmente, y más en esta época, la cosa va a otro ritmo. El proceso de cortejo es uno de los placeres -más allá de lo sexual- que nos regala esta vida loca. El coqueteo, los comentarios dichos en grupo con doble sentido, las miradas, las hormonas revolucionadas, la tensión carnal cada vez más evidente, el nerviosismo traducido en conversaciones realmente absurdas. Eso, amigos, es la gloria.

¿Y por qué nos gusta tanto? Porque, a mi modo de ver, esta experiencia vital nos traslada inevitablemente al colegio, al instituto, a nuestra más tierna adolescencia. Eso sí, con algunos cambios notables: las notitas de amor se han transformado ahora en ‘whatsapp’ calenturientos; los cinco minutos que sacábamos en cada recreo para verla los hemos sustituido por un café de máquina o un pitillo rápido y las citas en los parques han mutado en locas noches de lujuria, alcohol y desenfreno.



Ahora que lo pienso quizás se haya perdido algo de encanto, sí. Por eso nunca viene mal recuperar las buenas costumbres. Escribir una notita en clase (en uno de los múltiples cursos del INEM que ahora están abarrotados) o en el trabajo, o darse un revolconcillo en el Retiro.

Que sí, que lo que vosotros queréis es follar, ya lo sé… Os entiendo, pero hacedme caso: así también sabe bien.

sábado, 26 de mayo de 2012

¿Depresión post-coito?

Algunos lo llaman así. En los hombres, viene a resumirse en algo bastante simple: el bajón que nos da tras eyacular. El contraste de sensaciones es increíble: antes de correrte, querías más que nada en el mundo encontrarte en ese cama, acompañado de esa mujer. Ahora no entiendes la razón que te ha hecho venir hasta aquí. Quieres largarte, huir al refugio de tu hábitat natural, escuchar música, comer o incluso volver a mantener relaciones sexuales, pero sin ella.

La intensidad del bajón puede variar según las circunstancias: la dama en cuestión, el lugar donde nos encontramos, las obligaciones a las que tenemos que hacer frente tras el coito, además de un largo etcétera. En ocasiones, la sensación de hastío es tan devastadora que el silencio se impone como única solución. No hay nada que decir. Sí, en esos momentos damos los besos obligados, acariciamos su pelo mirando hacia el infinito, deseamos estar en cualquier otro lugar que no sea ése.



Pero somos contradictorios: los más impulsivos alegarán cualquier tipo de excusa para cortar el encuentro de raíz y minutos después volverán a tener ganas de mambo. Los más pacientes aguantarán el tirón, mantendrán una conversación banal hasta que la recuperación de su miembro sea un hecho y repetirán.

Eso sí, si en algún momento de vuestra vida sentís felicidad después del orgasmo y los abrazos y besos son sinceros, no os marchéis. Podéis estar ante la mujer de vuestra vida (ojalá que no hayáis pagado por ella).

jueves, 24 de mayo de 2012

Himnos

Con retraso pero llego. Ya se ha hablado mucho de la polémica en torno al himno. Por ello, voy a evitar decir obviedades tales como que el fútbol nunca debería mezclarse con política y demás. Creo que hay unos datos bastante claros: unas asociaciones de extremistas van a intentar apropiarse de la final, de un lado y de otro (la Falange también se manifiesta en Madrid). No descubro nada nuevo si afirmo que Esperanza Aguirre no tiene muchas luces. A veces da la impresión de ser una verdulera con cargo. Como tantos otros. Pero si hasta un miembro de su partido, Antonio Basagoiti le respondió, pienso que, como decía el bueno de Bernd Schuster, “no hay nada más que decir”.

Pero todo esto resulta muy aburrido y el sol ha activado mis ganas de ‘cachondeo’. El otro día toqué -mal que les pesara a algunos/as- el tema del vello masculino. Ciertamente, hubo una acogida aceptable por parte del público. Existió la interacción que tanto me esfuerzo en conseguir, el intercambio didáctico que ansío. Por eso, ya de perdidos al río. Hoy analizaré otro aspecto fundamental del sexo: la comunicación durante el coito.

Esto suele ir ligado a la relación en sí: si os conocéis desde hace unas horas, lógicamente, tendréis menos confianza, mientras que con vuestra novia no os avergonzáis de decir algunas barbaridades. Aunque no siempre es así. En ocasiones damos rienda suelta a nuestra vena de actor porno cuando el rival en cuestión es insignificante. Sí, resulta duro reconocerlo, pero todos sabemos que es verdad.

En mi opinión, como ocurre en la vida, si no tienes nada útil que decir mientras estás mojando, es mejor que calles. Forzar vuelve la situación aún más superficial. El clásico “¿Te gusta?” es un seguro de vida. Ella, aunque sea por educación, te va a decir que sí. Imagina que te dice “No, la verdad es que follas de pena”. No es plan.



Después hay personas que se sienten incómodas con el silencio: “¿No dices nada? Pues no guapa, estaba centrado en no eyacular en cinco segundos”. También cabe resaltar que los gemidos desproporcionados ejercen el efecto contrario al deseado. Una tía que grita como una posesa cuando únicamente le has rozado un pecho es más cómico que otra cosa.

Por último, podemos entrar en un terreno farragoso, el de los insultos. ¿Habéis probado a vejarla verbalmente mientras la penetráis? Creo que todo hombre, al menos una vez en la vida, debería descargar todo su rencor acumulado hacia el género femenino. Os sorprendería observar el resultado: ellas son cañeras por naturaleza.

Os animo a que dejéis vuestras experiencias, costumbres, fobias y filias…

martes, 22 de mayo de 2012

De pelo, sexo y demás

Hasta que comience la Eurocopa y a falta de saber únicamente quien será el campeón de la Copa del Rey, me voy a permitir desconectar del fútbol un momento. No sin antes, eso sí, aconsejaros que os paséis por la web que os mantendrá religiosamente informados de todos los rumores, transacciones y movimientos mercantiles, propios de estas fechas tan señaladas. Después de este inciso publicitario, comenzamos.

Hace ya algún tiempo publiqué un post bastante explícito sobre la anatomía femenina. Es de recibo, pues, que ahora hable sobre lo que nosotros, los hombres, podemos ofrecer en las relaciones carnales. Y a colación de una interesante conversación que tuve el pasado fin de semana (algunos/as de los lectores fieles de este blog saben a lo que me refiero), he decidido poner sobre el tapete un tema que está muy de moda, máxime teniendo en cuenta la llegada del periodo estival: el vello masculino.



Nos encontramos en una época convulsa, en la que un numeroso grupo de “visionarios” han impuesto la depilación absoluta como modo de vida. Ya no se lleva el hombre ‘de pelo en pecho’. Más bien diría que incluso un tío con vello parece un elemento anacrónico. Reconozco que siempre he sido, en este aspecto, un hombre ‘chapado a la antigua’, un caballero a la ‘vieja usanza’. Pero confieso haber cedido en algunos puntos: la depilación de las cejas puede ser necesaria en según qué casos. Para todo lo demás, Mastercard.

Centrémonos en el vello genital masculino. Los extremos, en mi opinión, siempre son nocivos. Una ausencia total de pelo me parece a todas luces excesiva. Primero, porque unos testículos desprovistos de mata se me hacen extraños, ajenos a la virilidad. Segundo, porque realizar una depilación extrema en esta área entraña unos riesgos que no estoy dispuesto a correr.

Ok, es verdad que si la jungla es abundante puede producir cierto rechazo en las féminas, aunque analizando el tema en profundidad, quizás no debería. A nadie le gusta bajar al pilón y levantarse con la boca repleta de ‘pelillos’ (a nosotros tampoco). Pero un buen trabajo oral femenino debe centrarse en el miembro y ahí, salvo raros fenómenos de la naturaleza, no hay pelos. Otra cosa es que hagan el tan socorrido ‘chupipaja’: lamer a los gemelos, mientras se le da a la zambomba con la mano. El terreno, en este caso, debe estar bien cuidado.

Pero, ¿cuál es la mejor manera de recortar el césped? ¿Maquinilla, tijeras, cera? Os animo a que dejéis vuestras experiencias, impresiones y a las mujeres, vuestros gustos. Todos/as podemos aprender mucho…

domingo, 20 de mayo de 2012

Creo que soy mejor que Messi

Estoy bastante arriba, la verdad. No sé si tanto como Cristiano cuando se catapultó a sí mismo hacia el cetro del fútbol mundial. Por desgracia, como me dijo hace muy poquito el mítico José Emilio Amavisca, su voto no sirve. Pero tampoco nos pongamos exquisitos: el portugués juega sus bazas y, entre risa y risa, mete presión. El previsible fin de la cadencia ganadora del Barça -en opinión del luso- debe significar un cambio en la jerarquía individual.



Empero, el delantero del Real Madrid se olvida de Didier Drogba. La Champions le debía un título a un equipo totalmente paradójico: con la chequera de los ricos y con la puesta en escena de los proletarios. Media Copa de Europa es del marfileño, titánico, incombustible, explosivo. Eclipsó a Fernando Torres, aunque el español sacó mucho provecho de sus escasos 40 minutos en el campo. Merece ir a la Eurocopa, sin duda.

Desde bien jovencito (y más desde que abrí esta humilde bitácora), me ha gustado observar el comportamiento de las personas en las relaciones personales. Escucho cosas, veo cosas, apunto cosas y, después, saco algunas conclusiones. La más clara es que el mundo está lleno de gente simple, de hombres y mujeres que no tienen nada que aportar, de relaciones insulsas y anodinas. Partiendo desde esta premisa, es bastante normal que se cumpla aquella máxima de: “las buenas están siempre cogidas”. Pero yo introduciría un cambio en esa frase: “la mayoría de mujeres están cogidas”. Y punto. Es lógico que se formen parejas entre gente afín entre sí. Es decir, una tía sin demasiadas miras más allá del excesivo pote que se echa cada noche en su rostro, no tendrá inconveniente en pasar el resto de sus días junto a un tío al que le cuesta mantener una conversación fluida.



También me fijo en las redes sociales, que a veces son un buen reflejo de la realidad. La mayoría de charlas entre novios son totalmente lamentables. Primero, las faltas de ortografía: por favor, si no sabes hablar, no escribas, sólo te pido eso. Y luego me encuentro ejemplos tan ilustrativos como éste. Un gañán con mucho músculo y poco coco le regala un ramo de flores a su princesa (originalidad al poder). Las amigas de ésta se desviven en alabar su sensibilidad y le preguntan cuáles son las claves para ser un buen novio (¿?). He aquí su respuesta: “Simplemente siéndolo. Haciendo las cosas que te salgan del corazón”. En serio, esto es vomitivo a la par que innecesario.

Por todo esto, cada vez estoy más arriba. Mi exigencia ha subido varios enteros (para determinadas cosas) y mi autoestima, por supuesto, también. No sé si seré mejor que Messi, pero tengo claro que existe una gran masa social masculina (y femenina), que no me llega ni a la suela de los zapatos. ¡A por el Balón de Oro, pues!

miércoles, 16 de mayo de 2012

El embrujo del primer amor

En primer lugar quiero recalcar que me parece fenómeno que los medios de comunicación saquen ‘exclusivas’. Telemadrid, por ejemplo, lleva unas cuantas durante esta temporada. Su último bombazo fue aseverar que el Chelsea ofrecerá una suma de dinero y a Fernando Torres, a cambio de Radamel Falcao. Todo correcto, de no ser porque esa información ya salió hace unos meses en la prensa inglesa y hace no mucho en nuestro país. Concretamente la publicó un servidor. Cosas de la globalización, imagino.



Pero adentrémonos en el meollo de la cuestión. La situación ha cambiado, en parte. Los maravillosos gestores del Atlético todo lo consiguen. Antaño apaciguaron los ánimos de la afición colchonera ‘logrando’ que el Kun no vistiera de blanco. Ahora camelan a los seguidores mediante un chantaje emocional poco ético: perder al goleador más eficaz de la historia del equipo a cambio de recuperar al primer amor. Lo cierto es que la parroquia del Manzanares, visceral, romántica y ambigua al mismo tiempo, vislumbra esta permuta con cierta ilusión.

¿Qué tendrá el primer amor que siempre nos vuelve del revés? Podemos estar bien amarrados con una mujer decente, de un nivel intelectual medio-alto, con un físico más que aceptable y sin ninguna tara aparente. Vamos, que nos puede haber tocado la lotería que si recibimos un mensajito de nuestra ‘niña’, perderemos el oremus.

En esa época éramos ingenuos e inocentes. Descubríamos a la par el mundo de las relaciones, de la pasión, la sexualidad. Pensábamos que nunca existiría alguien como ella. De los pasillos del colegio al altar. Quizás la cosa termino como el Rosario de la Aurora. Tal vez recibimos una cornamenta de dimensiones totalmente desproporcionadas. No importa, nosotros sólo recordaremos lo bonito, lo puro, lo inmaculado de ese amor que todo lo puede.



Pero deteneos a pensar un instante: el tiempo ha pasado, no sabéis nada de ella, no tenéis nada que deciros, incluso sus curvas ya no son lo que eran. ¿Merece la pena arriesgar algo tangible por un puñado de cursis misivas de amor? Pues seguramente no, pero de tan sólo imaginar al ‘Niño’ ataviado de nuevo con la rojiblanca nos empieza a subir un no sé qué por el estómago. Si es que no aprendemos…

lunes, 14 de mayo de 2012

La debacle del último minuto

Una cosa está clara. Fichar a Lotina no conviene. En absoluto. Además de su cansino discurso victimista y de su eterno semblante envuelto en la melancolía, el Villarreal es el quinto equipo que desciende el técnico vasco. Casi nada. Y en mi opinión tiene una diferencia muy clara con otro entrenador linchado por los medios (casi siempre con razón), como es Javier Clemente. Este último coge equipos en la UVI, pero Lotina se los encuentra en planta y la cosa empeora drásticamente con su llegada.



Críticas aparte, el desenlace fue apoteósico. El gol de Falcao (¿el último de rojiblanco?), las súplicas de Michu y Diego Costa a los jugadores del Granada., el increíble tanto de Tamudo sólo segundos después… y la locura de Vallecas. Es curioso, ahora el Villarreal, ese equipo que también increpó a los jugadores del Atlético de Madrid por no dejarse marcar, denuncia que algo raro está pasando en la Liga. Lo cierto es que lleva ya pasando años y nadie ha hecho nada, ni siquiera cuando los amaños se han demostrado. La gente siempre pone a Italia como el ejemplo de lo que no hay que hacer. Más bien pienso que es al contrario: si hay una estafa, se denuncia y se condena. Aquí, mientras no haya sanciones, todo “parece” limpio. Parece.

Alguien tenía que bajar, no podían salvarse todos. De los equipos que se jugaban la permanencia, el Villarreal era el único que había perdido la costumbre de pelear en el fango. Y se notó. Aún así, duele mucho caer en el último minuto. Mucho. Con una mujer, son varios los factores que pueden desencadenar un descalabro inesperado. Ahí van algunos:

• La ausencia de preservativo es un clásico, pero sigue ocurriendo. Os aconsejo que no juguéis a pelo en los tiempos que corren, aunque siempre podéis probar la puerta trasera.



• Una inoportuna llamada de móvil, de su ex novio, de nuestra ex novia o de alguien que simplemente quiere tocar los cojones. Apagad el celular, seréis más felices.

• Algunos me tildan de exagerado, pero siempre incido en la importancia de saber elegir cuándo visitar al excusado. No os vayáis a mear en una zona infestada de buitres a última hora, o lo lamentaréis.

• Ausencia de lugar. No hay coche ni morada. Debéis tener pensado un paraje de emergencia para estas situaciones, aunque el buen tiempo puede abriros nuevas alternativas.

• Una conversación inapropiada. No es buen momento para mantener una charla política, moral o trascendente. En una discusión sólo perderéis vosotros, que os quedaréis sin meter.

• Es importante evitar la luz del día, por ambas partes. El mismo susto que os podéis llevar vosotros se lo puede llevar ella. Manteneos en la oscuridad.

• El exceso de alcohol también puede precipitar un trágico desenlace. Pero puestos a elegir, es preferible que nosotros seamos los beodos. Aguantar a una tía borracha es muy, muy duro. Casi insoportable.

sábado, 12 de mayo de 2012

¡Ya está bien!

Sí, tengo que decir basta. Alzar mi voz contra las prácticas femeninas que no me gustan en absoluto. Es más, me producen rabia, rechazo, malestar. No me gusta que me muerdan. No le veo el sentido a los besos a todas luces forzados con una dosis excesiva de dientes. Mucho menos en otros lugares, como brazos o cuello. Y los chupetones (algunas los llaman chupones), podrían tener alguna gracia cuando teníamos 13 años. Ahora ya no. Me resulta desagradable que me muerdan, que me pellizquen, incluso que se inventen juegos sexuales sin conocerme de nada.



Qué serio eres” No te confundas amiga, yo he venido aquí a lo que he venido. Gilipolleces, las justas. Reconozco que últimamente estoy más irascible de lo normal, pero también es cierto que me están tocando los cojones más de lo habitual. He dicho.

jueves, 10 de mayo de 2012

¿Queremos ser grandes?

No he aguantado hasta el viernes como os prometí. Tampoco ibais a llegar a los míseros quince comentarios que os pedía así que no pasa nada. Aunque me ha gustado el conato de consultorio en el que se ha convertido el blog durante unos días, sintiéndolo mucho os quedáis -por el momento- sin historia. Soy un hombre de palabra y me reservo mis mejores bazas para ocasiones mejores. Vamos a hablar del Atleti, ¿no?

Escribo estas líneas después de ver la celebración en Neptuno del equipo. La afición ha colapsado media ciudad y también manda un mensaje a sus vecinos: “nosotros también sabemos ganar”. Pero ahora me embarga una cierta sensación de tristeza, de melancolía. Extraño que me pase esto horas después de que el Atlético haya ganado su segunda Europa League. O quizás no tanto. No os engañéis, aunque Falcao no se hubiese marcado ayer el partido de su vida, su situación sería la misma. Lo más probable es que se marche. Se nota en sus palabras y en las de Miguel Ángel Gil y en las de Enrique Cerezo. ¿Os suena de algo la historia?



Esto no pretende ser una oda al ariete colombiano, como en su momento no lo fue para el ‘Kun’. Sí, todo eso de que el escudo perdurará a cualquier ídolo está muy bien. Lo estaría si fuese del todo cierto. Porque la pregunta que me atormenta en las últimas horas es muy dura, diría que hasta letal: ¿De verdad queremos ser grandes? Sí, habéis leído bien. No me cuestiono la capacidad que tiene la institución (directiva, plantilla, masa social) de volver a ser grande, sino la mera intención.

No dudo que habrá una gran mayoría que tenga la respuesta clara. ¿A quién no le gustaría volverse a sentir respetado? Pero quizás la minoría, por circunstancias, tiene bastante más peso. O tal vez es que esa mayoría se comporta de forma ciclotímica y critica únicamente en las derrotas. Eso es muy sencillo. Y cómodo.

Nos ha pasado tantas veces que tengo la impresión de que ya nos hemos acostumbrado. El equipo gana una competición continental y vende a media plantilla. ¿Qué tipo de mensaje es ese? Nos hemos convertido en el peor de los pacientes posibles. No queremos ponernos bien. Pensadlo detenidamente: después de todas las idas y venidas, el Atleti consigue dos títulos europeos en tres años. ¿Y cuál es la reacción? Desbandada general. Somos el primer equipo que empeora después de ganar. Carece de sentido, carece de lógica.

Porque deportivamente, tal y como esto la situación del planeta fútbol, esto se acerca mucho al límite. Mejorarlo sería ser terceros y hacer un papel digno en la Copa. Ya no hay excusas, los títulos vienen y los jugadores se van. ¿Qué está pasando? ¿Queremos ser grandes? No lo sé, y cada vez estoy más aturdido. No hay salida, no hay esperanza. Que alguien tenga este tipo de reflexiones después de una victoria, únicamente lo puede conseguir el Atleti. Eso hay que reconocérselo.

lunes, 7 de mayo de 2012

Balance (Primera apuesta de FNYT)

La temporada toca a su fin y es momento de realizar balance. De lo deportivo hablaré más adelante porque todavía hay tela que cortar, al menos en nuestra Liga. En Italia, para regocijo de un servidor, la ‘vecchia signora’ ha vuelto. Una escuadra que vuelve a ser imperial y que, hacedme caso, la temporada que viene, con un par de refuerzos más, dará mucha guerra en la Champions. Lo de España lo dejamos para cuando termine la competición regular y se consumen descensos y plazas europeas.



El caso es que me gustaría hablaros de mi propio balance. Mi comienzo de la temporada fue nulo. El accidente que sufrí no me permitió volver a los terrenos de juego hasta después de navidades. A partir de ahí, se puede decir que ha sido una campaña un tanto peculiar, con algunas victorias de peso en el tramo final. Pero es aquí donde radica mi duda. Ya muchos conocéis mi verdadera identidad y la idea es que la conozcan muchos más. Por eso siempre he tenido un poco de reparo en hablar de mi vida privada. Sí, de acuerdo, muchos post están basados en experiencias reales, pero no de forma explícita. Aunque, a decir verdad, creo que me hecho ciertamente famoso en algunos grupos sociales. Según puedo deducir, para mal. No importa, la clave es no crear indiferencia.

Bueno, todo esto viene porque el fin de semana pasado viví una experiencia… singular. Una cosa os puedo decir, no es oro todo lo que reluce. En ocasiones nos creamos unas expectativas demasiado grandes y el acto en sí no es la panacea. Pero mi cv va creciendo y por una parte, me gustaría compartir con vosotros algunos aspectos de nuevos mundos que estoy descubriendo. No todo se reduce al gariteo y a las rebajas, amigos. Pero como ya he dicho, mi lado más racional, mi Pepito Grillo, me insta a que sea prudente y no cuente nada.

Por eso, os propongo un juego. Es muy simple. Este blog tiene una afluencia de público regular, siendo benévolo. Y los/as que entran rara vez dejan sus impresiones. Esto tiene que cambiar. La interacción es muy importante y yo estoy dispuesto a abrir la veda. El trato es el siguiente: si batís el récord de comentarios en este post, lo cuento. En caso contrario, no. El reto es bien sencillo, no creo que ningún post haya sobrepasado los 15 comentarios, a lo sumo.



Os lo pongo más fácil aún. Este miércoles se disputa la final de la Europa League, cita clave en mi existencia, así que me ausentaré hasta el viernes. Tenéis cuatro días para comentar. Tan sólo votad y os contaré mi historia. Merece la pena.

viernes, 4 de mayo de 2012

¿Y yo qué hago aquí?

Bueno, ya terminó la celebración del Madrid. Unos festejos un tanto extraños, eso sí. Después de toda la barrila que dieron con la celebración, la noche del alirón la Cibeles estaba medio vacía. Debe ser que el público madridista sí que es peculiar. O quizás que esperaban algo más. Que a nadie se le olvide que el Real Madrid, antes de este largo inciso comandado por el Barça, también ganaba títulos. Y muchos, de hecho. Hasta hubo entrenadores que se marcharon con trofeos debajo del brazo.

El respetable exigía más, aunque ahora da la impresión de que con Mourinho, el mundo siempre es suficiente: la Copa, la Liga, ¿la Décima? Quizás por eso el capitán blanco, Iker Casillas, se tiró más de media celebración prometiendo a sus fieles que la Champions, tarde o temprano, llegaría. Que ‘la Décima’ existe y no son los padres, como rezaba alguna perversa pancarta en San Mamés.



Pero entre toda esa algarabía, entre abrazos, alcohol, gritos (parece q el humor del vestuario blanco está muy avanzado: se divierten emitiendo bufidos), fotografías, vídeos y risas, se encontraba un hombre triste, un hombre que se sentía extraño entre esa rara multitud. No era su sitio. Nuri Sahin había celebrado un año antes un título en Alemania, donde era alguien, donde se sentía importante y donde, incluso, conseguía interactuar con sus compañeros. Eran otros tiempos.

Seguramente, en esos instantes donde media España estaba disfrutando, él se estaba haciendo la clásica pregunta que a todos nos ha taladrado la cabeza alguna vez: ¿Y yo qué coño hago aquí? Suelen ser ocasiones en las que nos dejamos llevar por diferentes circunstancias: sequía sexual, físico apabullante, exceso de alcohol en la sangre, cobertura a algún amigo, etc. Las posibilidades, como bien sabéis, son infinitas. El caso es que se produce un doloroso y a la vez necesario clic en nuestro cerebro y la venda se cae de pronto de nuestros ojos.

Nos encontramos en territorio ajeno, rodeados de personas de dudosa procedencia, la mayoría de sexo masculino, todos ellos ávidos de una penetración (en algunos casos NOSOTROS somos su objetivo). Posiblemente se definirán como bohemios, como ciudadanos del mundo, como gente intelectual, interesada en cuestiones mucho más importantes que el último gol de Messi. Sería creíble si tuvieran una mínima idea de lo que hablan, pero no.

Al otro lado de la vereda está “nuestra” chica. Afirma que la vida es un acto de encuentros y desencuentros, que le transmitimos mala energía, que trabaja como tele operadora pero que dentro tiene esencia de artista y no sé cuántas gilipolleces más. Su séquito asiente, entre calada y calada de canuto.



¡Dios, qué asco de gentuza! ¡Huyamos de allí! ¡Sahin, vuelve a casa!

miércoles, 2 de mayo de 2012

Onanismo: placer en nuestras manos (I)

Ya veis. A horas del posible alirón del Real Madrid y yo hablando de pajas. Qué loco mundo éste en el que vivimos. Y es por decisión propia, no os creáis, que también podría analizar la celebración en sí. Es la nueva cuestión de Estado: a qué hora y en qué fecha decidirán las autoridades, Florentino Pérez y el emperador Mourinho ofrecer a sus súbditos el campeonato de Liga. Que si es el jueves a las 21:00 horas; que no, que casi mejor a las 19:00, así vienen los niños; que cómo vamos a dejar a una multitud de fieles solos en la Cibeles. Vamos a ver, esto ya es de coña. Que la gente haga lo que le salga de los mismísimos, faltaría más.



Cuando el Atlético ganó la Europa League no existieron tantos problemas (cosa rara en el Manzanares). El día de la victoria se llenó Neptuno y se agotaron las existencias de alcohol en los bares próximos. Al día siguiente vino el equipo y realizó el recorrido. Vamos, es que ya van a debatir hasta el momento oportuno para ir a defecar. Habrase visto.

Para los seguidores de otros equipos menos acostumbrados a las victorias es difícil aguantar el día de festejos del eterno rival, en la misma ciudad. Lo más recomendable es cerrar ventanas, bajar persianas y desconectar la televisión. Ya que nuestro equipo no nos proporciona el placer que demandamos, pues no nos queda más remedio que hacerlo nosotros mismos. Y en eso tenemos experiencia, ¿verdad?

Aquí hay mucho mito que me gustaría desterrar. La masturbación no tiene por qué ser sinónimo de sequía sexual. De acuerdo, a veces lo es, pero no siempre. Y es que, aunque a muchas diosas les cueste reconocerlo, algunas pajas superan a algunos polvos. Y con creces. En ocasiones nos muerden, tratan a nuestro miembro de forma violenta, sin sensualidad alguna. “Quita tu asquerosa mano, ya termino yo cariño”.

Este aspecto de la sexualidad masculina merece analizarlo a fondo en varios capítulos, por eso hoy únicamente deslizaré algunas impresiones. Nadie nos puede privar del placer de autosatisfacernos. Necesitamos nuestro espacio. Reconozco que yo no soy muy dado a imaginar cosas que no han pasado. Soy extraño. No la meneo pensando en las tías que me gustan de verdad. Prefiero internet o hacer memoria con cosas que sí han ocurrido, así no me frustro. Una sensación inmejorable es planear un buen homenaje. Para ello, debemos estar alrededor de una semana sin hacer nada, sólo acumulando deseo sexual y mucho semen. Prepararemos cantidades ingentes de papel higiénico y esperaremos a un momento en el que estemos relajados, sin ruidos, sin molestias. Ya podemos darle a la zambomba, pero con calma, deleitémonos. Alarguemos nuestro orgasmo lo máximo posible y cuando llegue el culmen, observemos la potencia de nuestro chorro. Esto os tiene que subir la moral, por cojones.



Después, ¡sorpresa! No hay ninguna tía a la que echar, abrazar o escuchar. Estamos nosotros, con nuestras canciones, con nuestros pensamientos, con nuestros sueños. ¡Viva el onanismo!

P.D: Debo ser raro por naturaleza, porque ahora que lo pienso cuando una mujer me dice algo bonito, se me pone dura de forma automática.