lunes, 14 de mayo de 2012

La debacle del último minuto

Una cosa está clara. Fichar a Lotina no conviene. En absoluto. Además de su cansino discurso victimista y de su eterno semblante envuelto en la melancolía, el Villarreal es el quinto equipo que desciende el técnico vasco. Casi nada. Y en mi opinión tiene una diferencia muy clara con otro entrenador linchado por los medios (casi siempre con razón), como es Javier Clemente. Este último coge equipos en la UVI, pero Lotina se los encuentra en planta y la cosa empeora drásticamente con su llegada.



Críticas aparte, el desenlace fue apoteósico. El gol de Falcao (¿el último de rojiblanco?), las súplicas de Michu y Diego Costa a los jugadores del Granada., el increíble tanto de Tamudo sólo segundos después… y la locura de Vallecas. Es curioso, ahora el Villarreal, ese equipo que también increpó a los jugadores del Atlético de Madrid por no dejarse marcar, denuncia que algo raro está pasando en la Liga. Lo cierto es que lleva ya pasando años y nadie ha hecho nada, ni siquiera cuando los amaños se han demostrado. La gente siempre pone a Italia como el ejemplo de lo que no hay que hacer. Más bien pienso que es al contrario: si hay una estafa, se denuncia y se condena. Aquí, mientras no haya sanciones, todo “parece” limpio. Parece.

Alguien tenía que bajar, no podían salvarse todos. De los equipos que se jugaban la permanencia, el Villarreal era el único que había perdido la costumbre de pelear en el fango. Y se notó. Aún así, duele mucho caer en el último minuto. Mucho. Con una mujer, son varios los factores que pueden desencadenar un descalabro inesperado. Ahí van algunos:

• La ausencia de preservativo es un clásico, pero sigue ocurriendo. Os aconsejo que no juguéis a pelo en los tiempos que corren, aunque siempre podéis probar la puerta trasera.



• Una inoportuna llamada de móvil, de su ex novio, de nuestra ex novia o de alguien que simplemente quiere tocar los cojones. Apagad el celular, seréis más felices.

• Algunos me tildan de exagerado, pero siempre incido en la importancia de saber elegir cuándo visitar al excusado. No os vayáis a mear en una zona infestada de buitres a última hora, o lo lamentaréis.

• Ausencia de lugar. No hay coche ni morada. Debéis tener pensado un paraje de emergencia para estas situaciones, aunque el buen tiempo puede abriros nuevas alternativas.

• Una conversación inapropiada. No es buen momento para mantener una charla política, moral o trascendente. En una discusión sólo perderéis vosotros, que os quedaréis sin meter.

• Es importante evitar la luz del día, por ambas partes. El mismo susto que os podéis llevar vosotros se lo puede llevar ella. Manteneos en la oscuridad.

• El exceso de alcohol también puede precipitar un trágico desenlace. Pero puestos a elegir, es preferible que nosotros seamos los beodos. Aguantar a una tía borracha es muy, muy duro. Casi insoportable.

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