La experiencia es un grado

Días de nostalgia y melancolía. En esta semana hemos tenido la ocasión de rememorar tiempos no tan lejanos. Primero, en el encuentro de leyendas entre Real Madrid y Bayern de Munich, y acto seguido con el partido de despedida de Ronaldo con la selección brasileña. La gran mayoría de fieles que acudieron al Santiago Bernabéu el domingo lo hizo debido al deseo irrefrenable de volver a ver sobre el verde a Zidane. Y la gran mayoría de aficionados volvieron a visitar el cielo de la mano del jugador francés. Regresó su fluidez en los movimientos, su elegancia, su toque mágico y sobre todo, la sensación que siempre dio: la poca dificultad con la que ejecuta cada acción fuera del alcance del resto de los mortales.

Por otra parte, Ronaldo Luis Nazário de Lima vivió un emotivo homenaje en el estadio Pacaembú de Sao Paulo, ante Rumanía y arropado por 30.000 seguidores. ‘El Fenómeno’ vistió por última vez la ‘verde-amarela con el número nueve en la espalda. Lo hizo durante los últimos quince minutos del primer tiempo y hasta tuvo tres oportunidades marcar, aunque el destino esta vez se tornó cruel para el brasileño. Ronie se marcha habiéndole otorgado 67 goles a su país y con el registro de ser el mayor goleador en la historia de los Mundiales, con 15 dianas. El ariete brasileño siempre estuvo hecho de otra pasta: podía estar falto de forma, podía meterse en líos por la noche, podía parecer que el fútbol no le importaba realmente, podía no moverse de una zona en todo un partido, pero marcaba goles. Siempre lo hizo. No recuerdo haber visto, en la Liga española, un mano a mano ante el portero fallado por Ronaldo. ¿Era el fútbol mejor antes que ahora? No tiene porqué, pero sí que era diferente y con los mejores jugadores repartidos de forma equitativa entre los equipos europeos.

La experiencia siempre es un grado. Las maduritas (tienen que superar los 38 para recibir este nombre) tienen su aquel, eso es indudable. Es aconsejable probar alguna vez este tipo de fruta. Aquí van algunos sitios en los que podéis encontrarla:

• La Boite del Pintor: Un clásico en la noche madrileña, situado en la calle de Goya. Siempre se ha dicho que el local estaba lleno de maduras hambrientas de sangre fresca, que hasta estaban dispuestas a desembolsar dinero por un rato de sexo con algún joven. Las maduras están, pero la leyenda ha hecho que muchos otros también quieran jugar.
• Garamond (antiguo): Estilo más hortera y sobre todo, mucho más caro. Sin la imagen ni la cuenta corriente apropiada, no será sencillo enganchar a ninguna maestra. Eso sí, desconfiad si veis a alguna demasiado lanzada. Aquí algunas, en lugar de pagar por sexo, cobran. Avisados estáis.
• Despedidas de soltera: En cualquier despedida de soltera que se precie, siempre hay un par de maduritas buscando diversión. Suelen estar muy, muy borrachas y su conciencia brilla por su ausencia.

Normas generales para maduras: Debéis tener en cuenta los peligros a los que os enfrentáis: lo mejor que os puede pasar es que esté separada o divorciada, si está casada la cosa se puede complicar y mucho. Por otra parte, también os puede confesar que su hijo tiene vuestra misma edad. Sí, eso puede dar morbo pero es mejor que el chaval en cuestión no os encuentre en plena faena.