lunes, 13 de junio de 2011

Rumbo a Primera

Qué locura tan bonita la de los playoffs de ascenso a Primera División. El Granada y el Elche, los dos equipos con las que casi nadie contaba en un principio, se jugarán las castañas en la eliminatoria final. El conjunto andaluz consiguió la victoria ante el Celta en un partido de alto voltaje que se decidió en la tanda de penales. En el tiempo reglamentario, Dani Benítez marró dos penas máximas y luego tuvo el coraje de repetir en la tanda, donde sí acertó. Los de Paco Herrera terminarían hundidos en la miseria y los granadinos a un paso del cielo. Emoción en estado puro.


El Elche tomó buena nota de lo acontecido un día antes en Los Cármenes y utilizó la fe para remontar primero el partido y después la eliminatoria. Abel Resino, que tuvo un inicio muy poco prometedor en el conjunto pucelano, no pudo evitar el arreón ilicitano al más puro estilo “furia española”. En el fútbol como en la vida la mente tiene un poder extraordinario. Visualizar la victoria y no dar tanta importancia a las derrotas se antoja algo fundamental en el camino hacia el éxito.

El verano se nos echa encima y las peleas nocturnas van a ser muy intensas. No es ningún secreto que en los últimos tiempos el arte de la conquista es algo que requiere de esfuerzo y valor, sin olvidarnos del factor suerte. Lo primero que hay que evitar es caer en el ‘babosismo’, ya que la perseverancia no debe malinterpretarse: un moñas pesado sólo puede interesar a una mujer de pocas luces o desesperada.

Pero la figura del jugador del Granada, de Dani Benítez, debe servirnos de inspiración. Si fallamos un penalti, el próximo también lo tiraremos. Y si hubiese un tercero, que sigan contando con nosotros. No se consigue nada dándole vueltas a los errores cometidos en el pasado. Nuestra vista ha de estar puesta en el futuro. Otro elemento clave es la motivación. Y en esto es importante conseguir un punto de equilibrio, ya que la línea que separa la motivación de la obsesión es casi inexistente.

El ascenso a Primera es un arduo camino plagado de obstáculos y alguna que otra zancadilla pero cada noche, antes de salir de nuestra morada, nos miraremos al espejo y gritaremos que sí, que nosotros podemos. Seguramente esa noche regresemos solos, como de costumbre pero en nuestro interior sabemos que la victoria cada vez está más cerca. Eso sí, nadie dijo que fuera fácil.

2 comentarios: