Fichajes de verano (¿En qué nos fijamos nosotros?)

Hace tiempo que no lo hago y hoy he decidido recoger el guante lanzado por nuestra gran amiga Pandora. Con la temporada deportiva ya finalizada, se aproximan unos meses en los que vamos a ver fichajes hasta en la sopa. Los diarios deportivos deben seguir rellenando sus páginas, así como las radios sus tertulias y las televisiones sus informativos. El verano también es una época importante en cuanto a incorporaciones femeninas se refiere. ¿En qué nos fijamos nosotros?

El pelo: El gran olvidado para la mayoría, en mi opinión resulta fundamental. Un cabello lacio, largo y cuidado, unido a una mirada agradable puede diferenciar a una chica del montón de una auténtica preciosidad. La línea que separa la tía a la que ‘sólo’ reventaríamos de la mujer de la que podríamos enamorarnos es muy delgada y se decide por diminutos detalles como estos.

El culo: Elemento básico para la elección de fémina. El sexo masculino se divide entre los que siempre han optado por algo manejable y prieto y los que preferimos la contundencia. Los culos medianamente grandes (siempre sin pasarse) pueden llegar a deleitarnos en el acto sexual en determinadas posiciones. Es una cuestión de elegir entre carne y delicadeza.

Las piernas: Con el verano a la vuelta de la esquina, las piernas vuelven a cobrar importancia. Es indudable que se pueden admirar mejor si la chica lleva falda, aunque hay pantalones llevados con mucha más elegancia que cualquier minifalda. El muslamen (palabra reciente aprobada por la RAE para regocijo de un servidor) suele dictar sentencia. Como ocurre en el culo, de nuevo hay una elección entre la típica muñeca de porcelana y la mujer con curvas.

El pecho (boobs): Aquí la mayoría de mujeres pensaréis que nos quedamos con la abundancia. Para qué engañarnos, normalmente sí pero también va por épocas. Hay momentos de nuestra vida en los que nos fijamos más en otras cosas y otros en los que somos ‘muy de tetas’. Lo importante es que, grandes, pequeñas o medianas, estén bien puestas y sean paseadas con salero.

La vestimenta: Otro de los puntos que separa a las ‘guarronas’ de las princesas. Se puede provocar sin ser vulgar y en verano las miserias de muchas salen a relucir. A veces lo más sencillo resulta lo más sensual. Yo por ejemplo me quedo con el look falda larga, sandalias y quizás top.

Aunque por la noche todo valga llegado el momento, nunca hay que perder de vista las prioridades de cada uno. Me ocurre algo similar cuando pasa una chica por la calle y digo que no es para tanto. “No me jodas que no te la tirarías, en peores plazas has toreado”, “Sí, pero al menos déjame que opine”.