domingo, 14 de octubre de 2012

El Caso Falcao (Cuando todos quieren que te deje)

El asunto va a estar complicado. Reconozco que la velocidad con la que el entorno mediático ha comenzado a relacionar el nombre de Radamel Falcao con el Real Madrid me ha sorprendido. El ‘Tigre’ metió tres goles al Chelsea en la final de la Supercopa de Europa y la central lechera (Pep acuñó algún término grandioso) comenzó a trabajar. La situación se ha vuelto más dramática para los intereses del club colchonero después del inicio de temporada: el atacante se está saliendo y el conjunto blanco ya está ocho puntos por debajo de los líderes (uno de ellos el propio Atlético, casualidades de la vida).



Florentino Pérez se enfrenta a unas elecciones en 2013 y ha tomado la determinación de apabullar a cualquier rival que ose plantarle cara. Hasta tal punto llega ese ansía de poder que parece que el presidente esté nervioso. Las cosas no han empezado bien en Chamartín: motines internos, la Liga muy lejos demasiado pronto y la melancolía de Cristiano flotando en el ambiente. La solución es clara: que se hable del fichaje de Falcao por el Madrid. Siempre ha sido así: cuando el Barça ganó el triplete el protagonista fue Cristiano. En la casa del rico las cosas funcionan así.

El Atlético, pues, va a tener que resistir una ola de embestidas en forma de rumores y elucubraciones varias de aquí a final de temporada (será difícil que suceda algo en invierno). Es completamente proporcional: cuando mejor te van las cosas, más te quieren joder. Tiene su lógica. Todos te envidiarán si tienes un puesto de trabajo respetable y una mujer imponente colgada del brazo. De lo contrario estate tranquilo: nadie te molestará.

Lo he explicado en multitud de ocasiones: las tías siempre van a tener revoloteando a su alrededor a un nutrido grupo de buitres. Cuanto mejor sea la fémina, más poderosos serán nuestros rivales. Un hombre desesperado está dispuesto a cualquier cosa: mantenerla, perdonarla, acosarla, comprarla. Normalmente nuestras armas son más humildes así que tendremos que tirar de ingenio (sí, ya sé que esto no funciona casi nunca).



Es importante que mantengamos -al menos de cara a la galería- la confianza en nosotros mismos. No podemos mostrar nerviosismo, así que no caigamos en el juego de los buitres. Si quiere un calzonazos se irá con él. Nosotros somos la opción viril, no lo olvidemos. Por eso, tampoco es el momento de bajar el nivel sexual. Los orgasmos terminan siendo más útiles que las flores, creedme. Por último, si vemos que su salida es inminente, nos veremos obligados a buscar un recambio. No se puede ganar siempre.

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