martes, 10 de julio de 2012

Indultos (Hasta dónde hacer la vista gorda)

Dice Ángel María Villar que el indulto ha sido recibido por los clubes de Primera “con simpatía”. A veces tengo la sensación de que se ríe de todos nosotros. De hecho, en muchas ocasiones poseo la certeza absoluta de ello. No hay otra explicación. Pero obviando las palabras del mandamás del fútbol patrio, tampoco comprendo muy bien la sorpresa de la gente: llevo insistiendo mucho tiempo en este asunto: nos rasgamos las vestiduras cuando vemos los escándalos del Calcio, pero es que aquí no hay castigo, no existe. Siempre se hace la vista gorda. Pues nada, sigamos.

También he de confesar que no puedo evitar reírme cuando veo la comparecencia posterior al incidente. Pensadlo: puede que José Mourinho no interprete a un personaje y sea así de verdad. Un desequilibrado con mucho poder. Qué miedo.



Me gusta mucho este tema porque es uno de los grandes tabúes masculinos: ¿hasta dónde me puedo permitir hacer la vista gorda para no perder la virilidad? ¿Orgullo o amor? O mejor dicho: ¿Me he convertido ya en un calzonawers? Bien, hagamos una lista piramidal, de más a menos grave y así os podéis hacer una idea de en qué lugar estáis.

Infidelidad, imperdonable: Compañero, te ha puesto los cuernos, lo has visto con tus propios ojos. Ni “es que iba borracha” ni hostias. Que la han taladrado, joder. Huye, corre, desconecta el móvil pero nunca, nunca perdones.



Enemiga de tus amigos, la gran duda: Por mucho que lo intentes, no hay manera. Se odian y no hay más que hablar. Ellos han estado toda su vida aguantando tus gilipolleces pero ella accede habitualmente a mantener relaciones sexuales contigo, sin necesidad de estar ebria. Complicada cuestión.

Pasividad, puede haber juicio: No es ninguna percepción tuya, es la realidad. No eres su prioridad, ni mucho menos. Prefiere pintarse las uñas de los pies mientras cotorrea con una amiga que salir contigo a tomar unas copas. Puedes hablarlo, pero si tú estás implicado, la cosa pinta mal…

Convertirse en la mujer, peligroso: Vale, una cosa es que os repartáis las tareas y tal y otra muy distinta que seas su esclavo: chófer, despertador, el que siempre afloja la pasta, etc. No permitas que sobrepase ciertos límites o será demasiado tarde.

3 comentarios:

  1. Maribel de toda la vida!10 de julio de 2012, 13:32

    Creo que la lista de cosas imperdonables se queda corta...

    ResponderEliminar
  2. si...se quedaron muchas en el tintero...De todas maneras, muy guapo el articulo.

    ResponderEliminar
  3. Hay tiempo de sobra para seguir con las imperdonables...

    ResponderEliminar