Notitas

Aún recuerdo el mítico fichaje del astro francés Zinedine Zidane por el Real Madrid. Florentino Pérez le hizo llegar la superoferta imposible de rechazar por medio de una servilleta, en el transcurso de una gala en Mónaco. El mensaje era claro, conciso, directo: “¿Te gustaría fichar por el Real Madrid?” El crack, como tantos otros a lo largo de estos años, no opuso resistencia alguna para echarse en los brazos del ‘ser superior’. Años después, en los mentideros futbolísticos (entre los que por supuesto, me incluyo) se aseguró que algo similar ocurrió con el brasileño Kaká.

Son negociaciones envueltas en un aura ciertamente mafiosa, pero no de la mafia actual: ordinaria, vulgar, violenta y del montón. Esto me hace pensar más en la vieja escuela, en don Vito Corleone, en la elegancia, las amenazas veladas y los intercambios de favores. Las cosas no se hablan cara a cara, todo tiene ciertos significados simbólicos. El papel supone el inicio de una relación. No hay más que decir cuando se trata de reuniones de tal standing. Aquí las palabras sobran.

Las notitas siempre han supuesto una alternativa (poco fiable, eso sí) para iniciar una conversación con una o varias mujeres. Puede ser con una chica con la que coincidas de forma habitual en la biblioteca, cabe la posibilidad incluso de que se trate de tu vecina (esto sería ideal si la cosa sale bien) o lo más típico: estás en un bar con tus compañeros de fatiga y decidís trasladar un mensaje (si os lo podéis permitir, también una botella) a otra mesa repleta de féminas. Sin olvidarnos tampoco del típico atasco de vuelta de las vacaciones

Son muchas las que piensan que esto es una tontería, una estupidez, algo más propio de unos niñatos que de unas personas adultas, hechas y derechas. Pero en el fondo hacedme caso: a todas les hace gracia recibir una minicarta de amor. Eso sí, cuenta mucho el contenido. No es lo mismo prometer devoción eterna que sexo desenfrenado. Lo mejor es dejar la presión a un lado y echarse en manos del cachondeo. Ah! Es imprescindible dejar bien claro algún número de contacto o algo que os pueda identificar. Es una táctica un tanto cobarde, pero los rechazos así duelen mucho menos.

Si la hembra en cuestión entra al juego, todo ya es muy incierto. El misterioso juego de las notitas puede perder todo su encanto al iniciar la conversación cara a cara. Pero también puede nacer un affaire. Desde luego, Florentino sabía jugar bien sus cartas. Zidane no es un cualquiera.