lunes, 25 de julio de 2011

La mujer sargento

Real Madrid y Mourinho, o lo que es lo mismo, Mourinho y Real Madrid. Los dos elementos, club y técnico, están en un proceso tan cercano a la simbiosis que ya parecen uno mismo. Tras una batalla que duró casi una temporada, el portugués ha conseguido jerarquizar a su antojo y eliminar molestos obstáculos que le distancien del poder. Ahora mismo y sobre el papel, tan sólo ‘el ser superior’ le puede mirar desde las alturas. A su alrededor se encuentran básicamente dos satélites: José Ángel Sánchez en la Dirección General y Zinedine Zidane en la Deportiva. Para todo lo demás, José Mourinho.

La brea ha dejado a varios damnificados por el camino: Jorge Valdano, en el indiscutible número uno pero también a otros como Pardeza, que sin pintar en exceso en el pasado, ahora ha quedado recluido a labores con el filial, amén de algunos futbolistas. El paulatino desarrollo de los acontecimientos ha llegado, casi sin remisión, a un punto de no retorno. Una de las mejores plantillas del mundo (quién sabe si la mejor) será capitaneada por un único capo. Ya no hay medias tintas. Todos saben cuál es la mano ejecutora.


Hay numerosas señales que deben hacer que nuestras alarmas se enciendan cuando el peligro se acerca. Todos nos hemos topado con alguna ‘mujer sargento’. Obviamente, sus encantos han hecho que caigamos en una espiral de difícil salida: su físico portentoso, su indomable carácter, su sapiencia en tareas sexuales… Cualquier razón es buena para justificar nuestra posición, sobre todo si decidimos dar prioridad a la entrepierna.

Ellas suelen acercarse a la treintena y su mayor ambición en la vida es enganchar a alguien. Una de sus mayores facultades es la interpretación. De cara a la galería resultan adorables, encantadoras y no abren la boca en demasía. Eso sí, de puertas para adentro la cosa cambia. El infierno va tomando forma poco a poco. Tienen un plan y lo cocinan a fuego lento. No hay prisa.

Siempre hay marcha atrás (en todos los sentidos), pero es mucho más seguro escapar cuando vemos los primeros indicios. Que nos rasquemos el bolsillo en las primeras citas es casi un acuerdo tácito. Si la situación se viene reiterando de manera sospechosa, ahí tenemos una pista de lo que se nos avecina. Asimismo, tenemos que estar atentos a su círculo social. Es más que probable que sus amistades sean más bien pocas (quizás una o dos) y que nos veamos obligados a visualizar dramones del tipo ‘El diario de Noa’ para consolarlas por su último despecho.

En las salidas nocturnas, repudian el alcohol y nos cortarán las alas al más mínimo atisbo de diversión por nuestra parte. No son propensas a la improvisación, así que la rutina se hará cada vez más asfixiante. Y aunque siempre hay excepciones, lo que comenzó siendo una compañera de cama más que decente, terminará por convertirse en una defensora a ultranza de la familia como forma de vida (ojito con que se rompa el condón).

Evitemos pues, a toda costa, a las ‘sargento’, si es que pretendemos mantener íntegras nuestras facultades físicas y psíquicas.

4 comentarios:

  1. Por qué ante este tipo de mujeres no sacáis pecho?

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  2. El proceso es largo hasta que lo conseguimos, pero es posible así que mantened la esperanza!

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  3. Maribel de toda la vida!28 de julio de 2011, 4:38

    No hay mujeres Sargento, si no hombres calzonazos. ¿No se os acurrido verlo desde esa perspectiva?

    Merece la pena considerarlo...

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  4. Creo que de todo hay en la Viña del Señor, si encima se junta el hambre y las ganas de comer.... malo

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