lunes, 18 de julio de 2011

Jugar a dos bandas (I)

Le quitaría mucha gracia al asunto, pero quizás los culebrones veraniegos lleguen a su desenlace mucho antes de lo esperado. O al menos ya no existe ningún óbice para que se conozcan los finales de los casos que tienen al Kun y a Neymar como protagonistas, toda vez que Argentina y Brasil han sufrido sendos batacazos en la Copa América. Como ya sucediera con el argentino (sería curioso que finalmente terminase en el City), parece que el Barcelona también quiere jugar al gato y al ratón en el fichaje de Neymar.

Aquí nadie desea desvelar aún sus naipes. Sandro Rosell anda metido en varios berenjenales: léase Alexis Sánchez (siempre llega mañana pero nunca llega) o Cesc. Para una economía “maltrecha” como la culé en la que es preciso ahorrar hasta en los más mínimos detalles, el desembolso de una contratación como la de Neymar se antoja excesivo, teniendo en cuenta sobre todo lo expuesto anteriormente. Por su parte, a Florentino Pérez hay algo que no se le puede negar: el halo de misterio que lo envuelve. Todos ignoran cuál será su movimiento maestro. Incluso si habrá más de uno. El máximo mandatario madridista es especialista en este tipo de coqueteo: lanzar la red para cazar a varios peces al mismo tiempo. Y después, por supuesto, anunciar cada conquista a bombo y platillo. Faltaría más.

Jugar a dos bandas es un arte. Maquiavélico en ocasiones, pero loable por lo complicado del asunto. No todo el mundo está realmente capacitado para llevar a buen puerto algo así sin que se convierta en algo calamitoso. Hay que disponer de pocos escrúpulos y de bastante tiempo libre. De lo contrario, la situación se termina por hacer insostenible. Y en esto, no nos engañemos, las especialistas son ellas.

La mayor baza con la que juegan es la naturalidad. También se le puede llamar descaro o falta de vergüenza, que cada cual opine como quiera. En caso de que nosotros seamos ‘el otro’ en principio no debería haber mayor problema, a no ser que nos enganchemos más de lo debido. Cabe la posibilidad de que nunca sepamos de la existencia del otro sujeto. Sin embargo, puede que nos encontremos de frente con alguna frase tipo: “tengo novio, pero somos una pareja abierta”.

Nada más lejos de la realidad, y ahí viene lo realmente chungo. Que estemos chapoteando en un lago muchas veces visitado por un extraño y sigamos pagando cenas y buscando planes en ‘atrápalo’. Que seamos el cornudo, vaya. Probar la evidencia, en este caso, es tarea harto complicada aunque pensemos lo contrario. Podemos husmear en el móvil o en sus redes sociales, pero aparte de que seremos acusados de celosos irracionales, tan sólo encontraremos muchos ‘amiguitos’ pero ninguna prueba.

El enemigo puede estar más cerca de lo que pensamos, como en el film ‘Lock and Stock’. Basado en hechos reales: una chica cualquiera se beneficia a su vecino muy a menudo. Su novio vive en la misma ciudad, con lo que también la visita frecuentemente. Se da la circunstancia de que en una misma jornada, el vecino baja a su habitación y escucha la coyunda horas después de haberla practicado él. La potencia sexual de ella es incuestionable, eso seguro. Ellos se han visto, incluso, en alguna reunión social que otra. Lo dicho, esto de jugar a dos bandas es un arte. Al loro.

4 comentarios:

  1. Juegos peligrosos en los que alguien suele salir perjudicado.

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  2. hay un gen suicida que nos hace buscar estas cosas

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  3. Creo que se llama el gen de la tontería, no?

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  4. Maribel de toda la vida!28 de julio de 2011, 5:01

    Este tema, además de espinoso, es chungo. Todavía no lo entiendo... o con uno(a)o con otro(a), pero tres son multitud, y más si uno del trío no lo sabe.

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