lunes, 21 de marzo de 2011

Los minutos de la basura

Nos hemos hartado de verlo durante la primera parte de la temporada. En una Liga tan desigual como la Española y hasta que no ha comenzado la fase seria de las competiciones europeas y los partidos acumulados, Barcelona y Real Madrid nos han regalado demasiados minutos de la basura. Partidos decididos ya en la primera parte que se terminan convirtiendo en un pesado trámite para vencedores y vencidos.

En un encuentro de fútbol el sufrimiento tiene siempre un final marcado: el silbato del árbitro en el minuto 90 libera a los jugadores de seguir sumidos en el sinsentido. Pero en cuanto a sexo se refiere la cosa varía un poco. Da igual si hemos goleado o si por el contrario hemos recibido un serio correctivo. Nuestro objetivo siempre será que el choque termine cuanto antes.

Si jugamos en casa ajena la situación no resulta tan complicada. Cuando lo creamos conveniente recogeremos nuestros bártulos y desfilaremos por la puerta. En el improbable caso de que nuestra acompañante intente retenernos, la lista de excusas creíbles es larga: trabajo, estudio, comida familiar, partido de fútbol, etc. Lo mejor es intentar la huída antes del mediodía. Un regreso con la solana de cara, apestando a sexo y sudor y con un euro en el bolsillo, no es plato de buen gusto para nadie.

Los problemas de verdad llegan cuando el coito se produce en nuestra humilde morada. Por unas razones u otras hemos decidido evitar el desayuno romántico a toda costa y la chica en cuestión no parece tener intención de marcharse. Como se suele decir, es mejor prevenir que curar. Si nos hemos trabajado una buena coartada en el camino a casa, conseguiremos el objetivo de forma sencilla. Es importante poner el despertador a la hora acordada y actuar de forma rápida. Así evitaremos cualquier tipo de remoloneo en la cama.

Pero como de costumbre el alcohol, las prisas para convencerla y el deseo sexual han hecho que no pensemos en lo que ocurrirá en unas horas. Toca improvisar. Las llamadas familiares suelen ser eficaces. Podemos fingir que nos llama nuestra madre (o padre/hermano/hermana) para avisarnos de un plan de última hora. Si elegimos la típica comida, podemos decir que es fuera de nuestra ciudad, aunque lo mejor es afirmar que todo el núcleo familiar se dirige a la vivienda. Aquí es muy importante que despleguemos nuestras dotes de actor. Otra opción menos aconsejable es la del accidente porque siempre es peligroso tentar a la suerte. Por último, y si vemos que se acerca la hora de comer y no ha movido un dedo aún, lo más radical será inventarnos una novia que también se dirige allí. Esto no falla nunca.

Debemos tener cuidado con todo lo que decimos durante la noche. Por ejemplo, si se nos ocurre confesar que poseemos vehículo propio, nos veremos obligados a trasladarla a casa, lo que alargará de manera innecesaria los temidos minutos de la basura. Por eso es tan importante el equilibrio en una competición. Sin emoción no hay nada.

10 comentarios:

  1. Lo del accidente es muy chungo, joder! y o de la novia que va a hacia allá también puede salirte mal, como venganza puede decidir quedarse más tiempo y la novia en cuestión nunca llegará... reconsindéralo!

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  2. Sólo en una ocasión utilicé accidente y lo de la novia es muy extremo... Lo mejor es decir que viene toda tu familia, lo malo es que a primera hora de la mañana es poco creíble...

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  3. No me cabe ninguna duda... te has planteado hacerlo más sencillo

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  4. Creo que la mejor excusa es decir que eres homosexual pero que la noche te confunde

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  5. Si ella tiene tu número, eso te podría meter en más de un problema...

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  6. Muy duro cuando a la una del mediodía te piden desayunar...

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  7. He quedado, me tengo que ir... supongo que es lo mejor. No se va a quedar ella sóla en tu casa.

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  8. Uy, no sabes de lo que son capaces algunas...

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