miércoles, 7 de marzo de 2012

Cuando se cae la careta

Al más puro estilo Ricky Martin. Así fue la comparecencia ante los medios de Pep Guardiola previa al encuentro de vuelta de los octavos de Champions. Un pasito para adelante y otro para atrás. Aunque en estos momentos, inevitablemente, son mucho más potentes los pasos dados al firme y menos creíbles los que tienen como objetivo retroceder. Y es que en el Barcelona se ha abierto la veda. Y el sendero de los culés es bastante peligroso. Sobre todo porque llevan sin recorrerlo años, concretamente desde la llegada de Pep al banquillo.


Algunos lo tomarán como una muestra de lealtad al club, a la institución. Es una posibilidad. Pero otros, con razón, se sienten un tanto defraudados. Guardiola era el último mártir del fútbol, el último hombre honrado, el último coherente en este circo. Sin duda, Guardiola encarnaba el cambio de ciclo. Aun con lunares como la archiconocida rueda de prensa bautizada como “El puto Amo”, el Pep siempre ha sabido mantener en liza los valores por los que apostaba el nuevo Barcelona. Esos mismos valores que siempre han sido mostrados desde la ciudad condal con un cierto aire de superioridad, reflejando que el Barça estaba en otro escalón. Los niveles ahora han variado y en Madrid disfrutan con ello. “Ya te lo dije”, piensan. Que la careta se haya caído del todo o no, tan sólo el tiempo lo dirá. Quizás no existía tal disfraz o tal vez la capacidad camaleónica del barcelonismo ya no confunde a nadie. Juzguen ustedes mismos.

Este tema, en los tiempos que corren, me viene que ni pintado para hilarlo con el mundo de las relaciones. Si muchas otras misivas iban claramente dirigidas al público masculino, en esta ocasión es diferente. Quiero que las mujeres sepan destapar a los farsantes. Que al menos sepan cuáles son las verdaderas intenciones de aquellos que se hacen llamar “hombres modernos”, “conocedores de las mujeres” o cualquier otro nombre absurdo. Estas son algunas de sus características principales:

• Únicamente quieren amistad. Sobre todas las cosas, lo más importante para ellos es vuestra forma de ser. No les importa el sexo, no son celosos y (dicen que) tienen mucha, mucha experiencia en el mundo de las relaciones. Poseen consejo para todo.
• Controlan todos los temas universales, especialmente los culturales. No les gusta hablar de política (porque no tienen ni zorra) y suelen tocar algún instrumento musical. En ocasiones se llevan la guitarrita a las primeras citas. Que digo yo, que si son músicos, escritores o artistas tan venerados podrían llevar algún ejemplo de su obra y dejar de montar el numerito. Pero no, no lo hacen porque son unos incomprendidos.
• En cuanto al aspecto físico, es habitual verlos ataviados con pañuelos, perillas bien recortadas y ropajes muy alternativos que les han costado un pastón en el “mercado de Fuencarral”. Algunos llevan rastas y otros ya van con el perro directamente.
• Odian todo lo comercial: cualquier película, disco o libro que tenga una aceptación mínima entre el público, es rechazado sistemáticamente por ellos. “Vamos a ver una obra de teatro en una casa ocupada realizada por deficientes mentales”. Planazo.


Lo peor de todo es que muchas de vosotras los caláis a la legua y aún así, entráis al trapo de lleno. Ya lo dice el siempre sabio refranero español: “no hay mayor ciego que el que no quiere ver”.

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