viernes, 5 de agosto de 2011

Torneos de verano

De obligada participación y de gran tradición en nuestras tierras, los torneos estivales sirven a los equipos para realizar probaturas, para que sus jugadores menos habituales se desfoguen y para poder tener la opción de conseguir un título (menor), ya que empezada la temporada el reto será casi imposible. En estos días estamos asistiendo al Carranza, quizás el evento de este tipo de más caché, junto al Teresa Herrera. Y lo cierto es que se agradece, cuando menos, perder de vista a Real Madrid y Barcelona por un instante, ya que el próximo curso amenaza con la posibilidad de que se produzcan hasta un máximo de ocho clásicos. Telita.


Vamos a lo que de de verdad nos interesa, las opciones veraniegas para llevarnos algo a la boca, que el calor aprieta y las ganas también:

Festivales musicales: Aunque sobre el papel existan palpables diferencias musicales entre unos y otros (el FIB no es lo mismo que el Creamfields), el sonido electrónico termina invadiendo casi todos ellos a una determinada hora. La mayoría disponen de playa, elemento clave para definir la situación. Lo mejor: las féminas llevan poca ropa, la tensión sexual es constante y la desinhibición total. Lo peor: gran consumo de estupefacientes que puede disminuir la líbido, las chicas llevan poca ropa sí, pero suele ser la misma: la falta de higiene es un hecho complicado de combatir.
Verbenas pueblerinas: Ya incluimos esta alternativa dentro de los estadios malditos. En poblaciones muy pequeñas y con poca experiencia en cuanto a sociabilidad se refiere, el forastero siempre será tratado como el enemigo a batir. Por otra parte, en lugares un pelín más abiertos, la novedad siempre atrae. Lo mejor: Ni vosotros ni ellas queréis nada más que un polvo rápido y contundente. La conversación brilla por su ausencia, todo un alivio. Lo peor: Todos terminan por conocerse, así que cualquier miembro masculino de su gran familia os pueden crear un grave problema. Tened en cuenta que los servicios ambulatorios suelen estar a varios kilómetros.
Destinos playeros horteras: Benidorm encabeza esta lista por méritos propios. Gran presencia de jovencitas unida a una desproporcionada marea de guiris (inglesas, alemanas, americanas). No es la cuna de la belleza precisamente, pero eso también os puede facilitar la tarea.  Lo mejor: Si ya habéis tomado la drástica decisión de plantaros en Benidorm, tirad a todo lo que se mueve. No hay mucho que perder. Lo peor: No sois los únicos que llegáis con esas intenciones. Competencia máxima.

Destinos playeros elitistas: Ibiza es la referencia, aunque no podemos olvidar otros parajes de moda, como Tarifa (me quedo con este último, sin duda). Fiesta durante 24 horas y un nivel exagerado de belleza a un precio realmente abusivo. Lo mejor: el género femenino roza la perfección. Lo peor: al lado de cien tíos musculados hasta la extenuación, es una utopía.

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