martes, 30 de agosto de 2011

Cosas de ellas (Y IV)

Habíamos dejado pendiente la continuación de la batalla dialéctica con Pandora, que ha seguido ejerciendo de fustigadora ante los defectos masculinos. Nosotros seguimos sufriendo sus constantes incongruencias. Pero amigos, aceptar nuestras limitaciones y conocer sus malévolos dones innatos supone un paso muy importante para empezar a gestar nuestra victoria. Sí, ellas también tienen lo suyo:

Por el interés te quiero Andrés: En primer lugar, comenzarán por velar por sus intereses. Tened especial cuidado si vuestra profesión os ha dotado de capacidades que puedan solucionar problemas de índole informático o mecánico. Ellas buscarán el acercamiento con cualquier excusa, pero el verdadero fin es que arregléis sus desaguisados. Podéis intentar algo más, pero cuando el formateo haya finalizado escaparán raudas y veloces al encuentro con su amado. Y lo peor es que no os habéis sacado ni unos euros…



Rancias: Sobre todo en las noches, muestran su coraza más férrea ante cualquier posible conato de charla. Interactuar se hace aún más cuesta arriba si están acompañadas por sus amiguitas. Querrán dejar claro que no son presas fáciles y responderán de forma lacónica y grosera. Tenéis la posibilidad de enzarzaros en una estéril discusión, que, todo sea dicho de paso, si se alarga lo suficiente, puede ser fructífera. (El alcohol hace milagros).

Chapadas a la antigua: Sí, aunque se jacten de ser abanderadas de la nueva ola feminista, su fuero interno les hace comportarse de una manera retrógrada. Esperan pacientes a ser cortejadas y cuando la relación ha comenzado, la iniciativa no es cosa suya. Pueden estar horas con el móvil en la mano esperando una llamada, pero no se habitual que den el primer paso. Ni el segundo, ni el tercero. Están un escalón por encima o eso se creen. Eso sí, si se sienten abandonadas acudirán a vosotros cual gatitas heridas en busca de su ración diaria de desprecio. En el plano económico, tres cuartas partes de lo mismo. Pagáis vosotros.

El lecho, su territorio: Aquí no hay medias tintas, os exigirán mantener el nivel cuando ellas los consideren conveniente. Después de la penetración y/o variadas acciones, nada de dormitar. Mimosas hasta que caen en los brazos de Morfeo, despertarán rabiosas si emprendéis la merecida retirada a vuestra morada. Ellas pueden tener una agenda apretada, vosotros debéis aguantar hasta que se produzca la charla matinal, acompañada de unas magdalenas y café bien caliente. Habrase visto…


No tenemos problemas en seguir jugando un poquito más...

No hay comentarios:

Publicar un comentario