lunes, 11 de abril de 2011

Tensar la cuerda

Si se hace sin medida puede ser muy perjudicial. Y como bien se aconseja desde ‘El Mito de Pandora’, cuando ocurre algo así lo mejor es retirarse. En ocasiones no será necesario, ya que será la otra parte quien nos haga ver la puerta de salida. Lo más importante es no perder el control de la situación.

Como de costumbre, tomemos como ejemplo el fútbol. Hay partidos que hay que jugarlos con intensidad, imprimir mucho ritmo, presionar arriba, entrar fuerte al balón… Sí, pero hasta un cierto punto. Lo hemos visto ya varias veces con equipos como el Sevilla. Calientan un choque importante de tal manera que la intensidad y el ambiente se vuelven en su contra: en el minuto diez ya están jugando con uno menos.

Cuando empieza ‘algo’ entre un chico y una chica es muy complicado que los dos estén en el mismo punto. Si hemos llegado al mes, siempre habrá uno que tire más que el otro. Es la llamada balanza de poder de una relación, que puede cambiar a lo largo del tiempo un millar de veces, mas centrémonos en el comienzo que es lo que nos ocupa. El equilibrio entre lo que sienten o quieren los dos es muy difícil al principio. Quizás una de las partes ha idealizado a la otra y la ve como un buen proyecto de futuro, como la opción que tantos años llevaba buscando. La otra seguramente está estancada en el punto de reconocimiento y cada vez tiene más dudas.

En ese punto es fundamental mantener la calma. La parte más interesada corre el riesgo de presionar en demasía al equipo contrario: llamadas y sms excesivos, propuestas de planes a largo plazo, viajes a casas rurales, salidas nocturnas conjuntas con sus amigos, etc. La otra parte, que no lo tenía tan claro, puede saturarse y salir corriendo. Es una lástima, porque tal vez una bonita historia con final feliz termina incluso antes de comenzar.

Por eso debemos actuar con prudencia. Si nos encontramos en el desagradable lado del ring de la parte más enganchada, lo mejor es cambiar radicalmente de estrategia. Pasaremos del todo a la nada en un segundo. Antes agobiábamos, ahora no habrá contacto. Así quizás ella reaccione y si no, estaba claro que no había mucha tela que cortar.

También podemos ser los ‘acosados’. En este punto la estrategia debe ser la misma: si nos saturamos demasiado y ella no se da cuenta, la huída hacia un lugar seguro es la opción más aconsejable. De esa manera, ella puede ver que a lo mejor no somos lo que pensaba y nosotros podemos  o bien seguir nuestra vida, o bien contraatacar cuando la situación se haya calmado.

Ha llegado el buen tiempo y el destape ya está aquí. No tensemos la cuerda porque lo podemos pagar muy caro.

6 comentarios:

  1. hay una norma fundamental... retirarse con elegancia... no sabemos que puede pasar en un futuro

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  2. Cierto es, el destino puede burlarse de nosotros...

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  3. Lo mejor es ser valiente y decir lo que queremos y senimos, sin miedo a la reacción del contrario

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  4. Siempre es fácil que siendo el acosado todo se vuelva en contra nuestra, cuando queramos contraatacar, tengamos el partido perdido, así que no hay que dormirse en los laureles...

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  5. jajajajajaja, cómo se nota que el blog lo escribe un tío... con cualquiera de las dos opciones estais jodidos... las mujeres tenemos algo muy interesante que debéis anotar, jamás nos comportaremos igual ante situaciones parecidas, somos inconstantes y bipolares... así que nada de estrategias chungas, porque funcionan un tiempo, pero luego se van al garete...

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  6. Sí, soy un tío... Primer misterio desvelado, hurra por ti! En las relaciones personales casi todo es una cuestión de estrategia y aunque sigáis obsesionadas con demostrar lo desequilibradas que estáis, termináis siendo bastante predecibles...

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