viernes, 22 de abril de 2011

Saber perder

Es el título de una novela escrita por David Trueba. Cuentan que Pep Guardiola se le regaló a Leo Messi cuando comenzó a entrenar al primer equipo. Como es lógico, en un deporte saber encajar las derrotas supone una parte fundamental del mismo. En este Barcelona la relevancia se multiplica: no es sencillo saberse el mejor equipo del mundo y ser consciente al mismo tiempo de que la derrota es una posibilidad más. El miércoles en Mestalla se rompió algo. Aún es pronto para saber el qué: podría ser un ciclo, podría ser una forma de ver el fútbol o simplemente se podría tratar de pura estadística. Cuando Cristiano marcó el gol de la victoria en la prórroga miles de aficionados de todo el planeta se miraron con incredulidad. Sí, el Barcelona estaba perdiendo un título.

Con las mujeres la capacidad para encajar golpes es algo que solemos tener de manera innata. Pasamos más tiempo paladeando derrotas que saboreando victorias. Por la noche es mucho más fácil: cuando el balón no entra no hay que darle muchas más vueltas. Si no estamos ‘on fire’ lo peor que nos puede pasar es que los rechazos y las cobras se acumulen a lo largo de la noche. Con no volver más a ese garito nos basta y nos sobra.

Pero nuestra naturaleza debe estar preparada para soportar mucho más dolor. En ocasiones cometemos el clásico error de confiarnos cuando estamos con una tía. Cabe la posibilidad de que ella misma nos haya hecho pensar que está comiendo en la palma de nuestra mano o directamente nosotros lo hemos dado por supuesto. Incluso puede llegar el punto en el que nuestra mayor preocupación sea librarnos de ella y finalmente será ella la que nos haga ver que la realidad es bien distinta.

Hasta ahí la cosa no parece tan mala ¿no? Un par de meses sin comerse un rosco por la noche y algún que otro descalabro sentimental no es para tanto. Hay que tener claro que siempre, siempre puede ser mucho peor: encontrarnos a nuestra novia en pleno proceso de felación en cualquier baño maloliente, recibir una invitación de boda de nuestra ex, salir con nuestra chica de fiesta y observar que la protagonista de un ardiente sándwich en el centro de la pista es ella, que algún amigo nuestro reciba una proposición de nuestra novia o ex, etc. Y la situación es realmente dramática si hemos sido nosotros los que hemos golpeado primero. Contra una mujer despechada nunca, nunca, nunca se puede ganar. Lo siento, no hay posibilidad.

Guardiola y cía aún tienen la oportunidad de la Champions para disputarle el cetro mundial al Real Madrid. Nosotros tenemos por delante una vida llena de duros obstáculos femeninos. No bajemos la guardia. Nunca.

2 comentarios:

  1. "Pero nuestra naturaleza debe estar preparada para soportar mucho más dolor"...nos estamos volviendo blandos?

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  2. Simplemente precavidos, hay que tener mucho cuidado con las mujeres y eso lo sabemos todos...

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