Pero voy a hablar del Atlético de Madrid porque realmente me apetece más (básicamente). No sabemos cuánto durará, pero eso de que el ‘pupismo’ esté escondido sienta muy bien. Que sí, que nos pueden meter tres goles en cinco minutos o que Courtois puede pegar el cantazo del siglo, pero el equipo sigue ganando. No obstante, Simeone se resiste a dejarse embargar por la euforia. Él sabe perfectamente cómo funcionan las cosas aquí.
La oportunidad, de todas formas, es inmejorable. En los últimos años el conjunto colchonero ha empezado renqueante y ha tenido que exprimirse en demasía en el sprint final para quedarse a las puertas del Olimpo. En esta ocasión parece que sabe medir mejor el tempo y, sobre todo, demuestra tener oficio, saber de qué va este juego. Ojalá dure.
Ya lo he repetido en muchas ocasiones en el blog, pero insisto una vez más: con las mujeres no hay lugar para la confianza, nunca se puede bajar la guardia. Lo de la ciclotimia femenina ha dejado de ser un tópico para convertirse en una verdad como un templo. Hoy te quieren y mañana te dejan. Es un juego divertido. Si sabes jugar, claro.
Existen muchas tácticas para contrarrestar su desequilibrio, pero me quedo con una: no te involucres. Nunca. Ya lo dice el ‘Cholo’: “Hay que ir partido a partido”. Nunca te hagas ideas de futuro con una tía, limítate a seguirle el rollo y a no perdonar goles. No te vanaglories de ninguna relación: ella podría estar a cinco metros de ti comiendo la boca de otro. No te aprendas su número de memoria y, por lo que más quieras, nunca la llames cariño.
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