lunes, 17 de septiembre de 2012

Aquí no

El ambiente está realmente enrarecido en el Real Madrid. Es curioso. Cuando parecía que toda la carga que supone tener a José Mourinho como entrenador compensaba (el conjunto blanco viene de ganar la Liga al todopoderoso Barça), el núcleo duro del vestuario merengue ha terminado por explotar. En la Champions habrá tregua por la cuenta que les trae a todos, pero la guerra ya ha comenzado.



Los jugadores no tienen miedo y están dispuestos a ir hasta el final, al menos los españoles. Sergio Ramos se ha erigido en nuevo portavoz de los sublevados. El discurso del andaluz choca frontalmente con el de Pepe, uno de los protegidos del técnico. Da la sensación de que Mou aún no se ha dado cuenta de que está en el Real Madrid. No es el Oporto, ni el Chelsea, ni siquiera el Inter. Aunque seas el mismísimo ‘The Only One’, puedes acabar en la calle si te metes con quien no debes.

La psicología agresiva ha hartado a los futbolistas blancos, que echan de menos a ‘Daddy’ cuando se pone delante de un micrófono. Puede que los resultados lo apacigüen todo, siempre terminan haciéndolo, pero esta vez parece que se ha movido algo de verdad. La temporada acaba de comenzar y muchos ya ven a Mourinho fuera. Ni el Real Madrid le soporta ni él aguanta al Madrid.

Esto ocurre por igual a hombres y a mujeres, pero ya que estamos aquí vamos a centrarnos en lo que nos atañe. El rollo ‘femme fatale’ engancha, no vamos a negarlo ahora. Nos gusta creernos privilegiados, nos encanta pensar que una mujer de armas tomar nos ha elegido a nosotros y sí… hacemos la vista gorda en ciertas cosas, incluso en algunas que no habríamos permitido jamás. Hasta un cierto límite, eso sí.



Y esto ya depende de la paciencia de cada cual o de sus prioridades. Algunos aguantan mucho a cambio de tener sexo continuado de calidad, otros prefieren mirar para otro lado y pensar que ella al final se comportará como es debido. Y a los demás se nos hinchan los cojones rápidamente. Al menos yo tengo el umbral del aburrimiento muy bajo, me canso rápido. Sí, la intensidad máxima, los vuelcos al corazón, el mareo de perdiz y lo imprevisible mola… durante el primer mes. Después no es muy agradable estar con una zorra, que además es lunática. Aquí no, guapa, aquí no.

No hay comentarios:

Publicar un comentario