jueves, 23 de febrero de 2012

Sobre la bocina

Terminó la ronda de ida de los octavos de final de la Champions. En líneas generales y salvo contadas excepciones (Milán-Arsenal y Nápoles-Chelsea), poquito fútbol. Pero sí que ha existido emoción, sobre todo en forma de goles en tiempo ya de descuento. Lo sufrió el Real Madrid en sus carnes con el tanto de Wernbloom y le sucedió al Inter de Milán, con el castigo (este más merecido) que le infringió Ayew.

Las dianas logradas sobre la bocina tienen un valor doble: dejan la percepción en la atmósfera de que el equipo que la ha recibido es el perdedor moral, mientras que el anotador se marcha con un sabor de boca demasiado dulce, quizás. Ocurrió fundamentalmente sobre el césped artificial de Moscú, donde los hombres de Mourinho se largaron con la sensación de haber desaprovechado la ocasión de dejar casi finiquitada la eliminatoria. En cambio, los pupilos de Slutsky se fueron con la convicción de haber conseguido empatar a uno de los gallitos de Europa. Sea como fuere, los blancos darán buena cuenta de los rusos en el Bernabéu. No queda tan claro lo que vaya a pasar en el Guiseppe Meazza. El Inter de Milán, equipo indolente donde los haya, no parece que vaya a tenerlo sencillo ante el Marsella.


En la noche pasa tres cuartos de lo mismo. Los goles marcados en el último minuto nos envuelven en una engañoso sentimiento de euforia, de victoria. Tal vez sí, tal vez hemos trabajado durante horas por conseguir un mínimo de atención por parte de una fémina. Pero lo que en un primer momento parece un triunfo de enormes dimensiones, se diluye completamente cuando lo analizamos fríamente al llegar a casa. No hemos mojado, de hecho prácticamente no hemos recibido nada. A lo sumo, un beso de lástima y un número de móvil que posiblemente sea falso. Pero miremos el lado positivo, esa sensación de creernos ganadores ha hecho que nos retiremos a tiempo. Seguir luchando, seguramente, hubiese sido mucho peor.

La cosa cambia notablemente cuando nuestra actitud, lejos de centrarse en la búsqueda desesperada de sexo, ha sido más bien la de alcoholizarnos sin demasiadas pretensiones. En ese caso, cuando se acerca el final de la noche y vemos una opción viable de llevarnos un regalito a casa, la tentación es demasiado jugosa como para rechazarla. Quizás no es merecido en ningún caso, pero precisamente este factor es lo que hace que un gol a última hora sepa mucho mejor. Eso sí, cuando la chica en cuestión es de un nivel aceptable. Si de lo que hablamos es de ‘otro’ tipo de mujeres, entraremos de lleno en el ya por todos conocidos peligroso mundo de las rebajas.

P.D: Chelsea y Arsenal, a punto de caer en octavos de Champions. United y City, en la Europa League. Por otra parte, Milán y Nápoles con un pie en cuartos y el Inter con opciones. Lo de las mejores ligas del mundo cada vez me queda menos claro…

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