lunes, 23 de enero de 2012

El peligro de los excesos

En primer lugar, y porque creo que el tema lo requiere, daré unas pinceladas de lo que está ocurriendo en el planeta ‘Real Madrid’. Era imprevisible, pero a Mourinho se le ha escapado el control de la situación en tan sólo una semana. No tengo dudas sobre la veracidad de la información publicada por ‘Marca’. Me ha sorprendido en demasía algunos de los comentarios leídos en ‘twitter’. En realidad, el color de su bufanda ciega a muchos y no únicamente al entrenador. Comentarios tales como: “Es curioso, pero la conversación sacada a la luz por ‘Marca’ ocurrió en un entrenamiento a puerta cerrada”, dejan entrever un alarmante desconocimiento de la profesión, más aún si quien lo escribe se hace llamar periodista. No soy quien para dar cátedra a nadie del gremio, pero es obvio que la información sale a la luz por una filtración. Es más, por ello no viene firmada, para salvaguardar las fuentes del propio periodista. Si nosotros tuviéramos que estar presentes en cada hecho más o menos relevante que se produjera, simplemente no habría noticias. En el Real Madrid algo está cambiando y es eso lo que tienen que hacerse mirar los responsables.

Pero vamos al lío, que con tanto fútbol a veces nos olvidamos de nuestro leitmotiv: el sexo. No puedo evitar esbozar una sonrisa cuando leo la justificación de la modelo y novia de Boateng (mediocampista del Milán), Melissa Satta sobre la lesión del futbolista ghanés. El exceso de mambo, según la pareja del jugador, ha sido la causa directa de su lesión, que por cierto le mantendrá en el dique seco (al menos en lo que respecta al fútbol) alrededor de un mes. “Teníamos sexo entre siete y diez veces por semana”. Esta aseveración da qué pensar. ¿Es tanto un polvo, polvo y medio al día? ¿No decían que era una de las actividades físicas más saludables? ¿Cuándo debemos decir basta?


Las situaciones difieren mucho entre sí: hay personas más o menos sexuales y también entra en escena la situación personal de cada uno (no es lo mismo la soltería que una larga relación de pareja). Pero al igual que reconocíamos que la conexión carnal no es sinónimo de un futuro prometedor, tampoco podemos negar su importancia. Vamos a distinguir algunos casos y sus características más comunes.

Soltería: Es paradójico, pero normalmente la ansiedad tiene un resultado contraproducente. Vale, llevamos tiempo sin meterla en caliente, pero cuando lo hacemos, tendemos a no aprovecharlo al máximo, a descargar con rapidez. Después, en ocasiones, ya no queremos más. Siempre hay excepciones: si pillamos a una loba y nuestra sequía está rayando en lo preocupante, podemos tirarnos unas horas dándole al tema. Nos puede servir para recordar viejos placeres y para volver a practicar ciertas técnicas imprescindibles. Eso sí, las agujetas harán estragos en nosotros.

Inicio de relación: Las comienzos no siempre son los deseados. Salvo contadas excepciones, aunque la tensión sexual se respira en el ambiente cada vez que nos vemos, los primeros encuentros no suelen ser apoteósicos. Hay que buscar una cierta complicidad en la cama y aunque a veces resulte difícil, es necesario esperar un tiempo prudente para sacar conclusiones.

Relación duradera: Bueno, aquí los dos sabemos más o menos lo que hay. Para no caer en la monotonía sexual que normalmente desemboca en infidelidad, hay que hacer esfuerzos. ¿Cuál es el ritmo adecuado para que eso no suceda? Es complicado dar una respuesta científica en estos casos, pero un mínimo de tres/cuatro polvos semanales debe haber. Después, siempre hay rachas en las que uno suele estar más receptivo que el otro. Es peligroso cuando una de las dos partes se harta de pedir y no recibe nada a cambio.

Vicio: No hay otra manera de llamarlo, pero a veces ocurre. Cuando ponemos nuestros propios límites corporales a prueba, cuando ya no quedan fluidos en nuestros genitales, cuando seguimos moviéndonos por pura inercia. Pasa poco, pero saber que podemos batir récords en algún momento dado produce un golpe de autoestima muy placentero.


Ya que mi público tiene el blog ciertamente abandonado en los últimos tiempos (también en cierta medida, por mi culpa) os insto a que me digáis vuestra frecuencia sexual, vuestros mayores logros y también, por qué no, vuestras sequías más duras.

2 comentarios:

  1. jajaa
    no te tenemos abandonado!, a mi por lo menos me da pereza comentar. Pero tu sigue! da gusto escucharte..yo ahora mismo ando en una sequia importante, llego a pensar que le mundo conspira contra mi, he llegado a tener tias en la cama y que no pasara nada jaja...pero bueno, a todo hay que sacarle una sonrisa

    ResponderEliminar
  2. Tema importantísimo ese de la las tías en la cama y que no pase nada... Respecto a lo otro, tú comenta que otros te seguirán, q esto está muuu muerto...

    ResponderEliminar