martes, 17 de enero de 2012

¿Bastará con la pasión?

Después de un inicio de temporada un tanto descafeinado, en el que la monotonía y el alarmante estado de apatía han terminado instalándose en el Vicente Calderón, la llegada del Cholo Simeone ha vuelto a encender la pasión entre la desencantada hinchada rojiblanca. No nos engañemos, no era muy difícil. La gestión de los de arriba continúa sin ofrecer un viso de esperanza al respetable, y Manzano no era precisamente un revolucionario de masas. Su trabajo, desde el principio, estuvo en entredicho. El jienense venía con el discurso bien aprendido: “lo importante es conseguir mejorar el resultado (séptimo puesto), de mi anterior etapa". Sin duda, el mensaje era bastante acorde con la pasividad deportiva de la directiva, que puso el colofón a tan magna dirección vendiendo a Reyes.


El idilio entre el ‘Cholo’ (como entrenador) y el Atlético de Madrid era previsible. La afición colchonera, que desde hace demasiados años siempre añora tiempos mejores, ha recibido al argentino como una especie de salvador. Aferrándose al espíritu del doblete, Simeone ya tiene ganada una importante parte del pastel: el público está de su lado. Ahora sólo queda que lleguen los resultados. Por lo pronto, la estrategia del preparador ha sido inteligente: desde su llegada, quizás consciente de la dificultad de la empresa, ha puesto por delante la garra, el coraje y el resultado a cualquier otra cosa. Así jugó en Málaga, con la idea de no perder y le salió bien. Después, Simeone hizo hincapié en la relevancia de lograr victorias por encima de cualquier atisbo de poesía en el verde. El resultado ante el Villarreal fue inmejorable para sus intereses: las expectativas del público habían decrecido, con lo que encontrarse de sopetón con los cuatro mejores hombres del equipo en el once titular y con un dominio absoluto del juego, resultó doblemente impactante. Si la pasión por si sola mantiene a flote a la nave rojiblanca, únicamente lo dirá el tiempo y, en gran medida, lo que suceda lejos del Manzanares.

Las relaciones basadas en la pasión son muy intensas, pero tienden a resultar efímeras, a tener una fecha de caducidad clara, algo que se suele vislumbrar a partir del primer mes. Sin duda, la compatibilidad sexual es fundamental en una pareja, incluso hay muchos matrimonios que llevan años buscándola de forma infructuosa. En ocasiones, la química entre las dos personas es brutal desde el primer minuto. Bien, parte del camino ya está hecho pero ahora queda comprender si esa atracción va más allá o no del sexo. Los momentos ‘post coito’, en este sentido, suelen ser muy reveladores. Las conversaciones de cama pueden darnos indicios de si la historia se va a quedar en una bonita aventura o puede ir más allá.


Pero, mal que nos pese a muchos, no podemos tirarnos en la cama 24 horas. Hay que salir, compartir inquietudes, combatir los silencios incómodos a base de confianza, integrarse en el entorno de la otra parte. Se trata, ni más ni menos, que de saber divertirse sin fluidos corporales de por medio. Y aunque la complicidad en el lecho sea espectacular, es muy complicado mantener una relación únicamente a base de embestidas. Quizás una de las dos partes ya se ha dado cuenta de que el final es inminente y la otra opta por pelear un poco más. En ocasiones, en la cama también surgen bonitas historias de amor, pero normalmente éstas deben tener una continuidad en la vida real. Este tipo de relaciones normalmente presentan finales igualmente intensos y desagradables. El sexo trae consigo los celos y la combinación de ambos factores, sin ningún sustento más, tiene como resultado un cóctel explosivo. Diego Pablo Simeone tiene toda la segunda vuelta para demostrar que siempre hay excepciones.

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